Con su historia buscaimpulsar a las mujeres a que se revisen y prevenir estaenfermedad
Siempre alegre, sonriente y positiva, así esPriscila Santoveña, quien en febrero próximo cumplirá 10 añosde que le detectaron cáncer de mama en el seno derecho, cuandotenía solamente 28 años de edad y que ahora vive y gozaplenamente.
"Mi único síntoma era mucho cansancio y la típicabolita que detecté durante una de las exploraciones. A partir deahí tuve un primer diagnóstico de que era una bolita de grasa yque no tuvo absolutamente nada; dejé pasar unos meses, pero elcansancio iba en aumento; tu cuerpo te va diciendo y sabía quealgo no estaba funcionado", mencionó.
Posteriormente decide cambiar de médico y tras elresultado de un ultrasonido, le avisan que deberá hacerse unacirugía ambulatoria con presencia de un oncólogo porque, alparecer, el problema era mayor.
"ME VOY A MORIRMAÑANA"
"Al escuchar la palabra oncólogo, piensas lo peor,'me voy a morir mañana', yo ya quería hacer mi testamento ytodo. Pasaron dos días me y operaron, al abrir el tejidodescubrieron que sí había una bolita pero tenía otras cuatroatrás, lo que significaba cáncer. Le avisaron a mi papá quedebíamos seguir el protocolo de patología; y como no me habíandicho que era cáncer y mucho menos que podía perder el seno, nopodían retirarlo hasta hablar conmigo y tener los resultados de laenfermedad. Esperamos unos días, y me confirmaron queefectivamente era cáncer y que lo mejor era retirar el seno, me loretiraron y también unos ganglios porque la enfermedad ya ibaavanzando".
Al saber el diagnóstico y pasar por la extirpacióndel seno, Priscila siempre se mostró fuerte y positiva, pues suprioridad era no hacer sufrir a su familia por esta situación. Sushijos, que en ese momento eran muy pequeños, fueron el gancho parasalir adelante siempre con la mejor actitud.
"Veía a todos en el drama y decía si yo estoy bieny ellos me ven tranquila y alegre como siempre he sido, va a sermás ligero para todos. Además tuve el apoyo de una buenapsicóloga, por supuesto que yo quería seguir yendo a bailar ydivertirme, tengo dos hijos y por ellos quiero salir adelante, esefue el motivo principal para no caer en el drama".
Después de la cirugía, siguió el tratamiento, queconsistió en siete quimioterapias y 30 radiaciones.Desafortunadamente en el Hospital de la Mujer en Yautepec, en esemomento no contaban con la quimioterapia que ella necesitaba y lacanalizan al Hospital general de la Ciudad de México.
"En el hospital me dan cita hasta agosto paracomenzar el tratamiento, mi cirugía fue en febrero, no podíaesperar mucho, pues en esta enfermedad debes acortar el tiempo, esmuy importante recibir tu tratamiento rápido porque si no, nosirve de nada y sigue avanzando".
Por casualidades de la vida llega a la Fundación delCáncer de Mama (FUCAM) y de inmediato recibe la atenciónnecesaria, "los doctores se sorprendían al verme, me decían eresuna bebé, qué haces aquí. Ahí seguí mi tratamiento por cincoaños. Durante el primero, prácticamente me la vivía allá,después ya iba paulatinamente".
NUNCA PUEDES CANTARVICTORIA
Priscila señala que para ella cada febrero, es comocumplir un año más de vida, pues significa que poco a poco la haido librando.
"El próximo febrero ya serán 10 años y eso me damucha felicidad, aunque nunca puedes cantar victoria pero sabes quevas pasito a pasito; cada revisión que te dicen vas muy bien, queno hay nada nuevo o que estás sana, es irle ganando día a día.Cuando ya te detectaron una vez debes ser constante, yo si soy delas que piensa, no me va a volver a pasar, mi cuota de cáncerestá cubierta (risas). No puedes darte el lujo de no revisarse odejar pasar tus revisiones".
Durante esa dura situación, Pris siempre contó conel apoyo de su familia y se dio cuenta del enorme cariño que muchagente le tenía, incluso de personas que no conocía.
"Siempre me dicen que estoy loca, pero yo me divertímucho (risas); fue un año de darme cuenta que la vida nos da esosbachecitos para conocer gente y dimensionar su cariño. Una vezun señor llegó con una víbora de cascabel seca al negocio que mimamá tenía y me dijo, 'en mi pueblo se sabe que la víbora decascabel es muy buena para el tratamiento contra el cáncer y yo tetraigo una para que te la tomes en tu comida', yo me la comí,siempre me comía todo lo que me decían (risas), y pues son cosasque se agradecen y que muchas veces en el trajín de la vidacotidiana no valoramos".
Priscila siempre cuenta su historia de forma muynatural, con firmeza, buen ánimo y una dosis de humor, puesconsidera que tener una buena actitud, es la clave para superarcualquier problema de la mejor manera.
"Siempre intento apoyar a otras mujeres a través demi experiencia, a impulsarlas a que se revisen, hacerles saber queaunque son jóvenes les puede pasar y sobre todo que sepan que noes tan malo, si te dio cáncer pero sigues viva, tienes quedisfrutar y vivir plenamente".
VIVEAGRADECIDA
Siendo octubre el mes contra el cáncer de mama, através de su experiencia ella siempre impulsar a otras mujeres aque se revisen y si ya lo están viviendo a hacer que vida sea másalegre y el trayecto leve.
"Entre más años cumples te sientes máscomprometida en ayudar a otras personas, siempre trató de estar ydar tips aunque los organismos no son iguales y las reaccionestampoco, es bueno preparar el terreno y decir te puede pasar esto,pero quizás no, tú tranquila y deja que fluya. Me gusta que veanque puede ser divertido y tener más cosas buenas que malas".
Tras casi 10 años de aquel diagnóstico, Priscila noha optado por realizarse una cirugía estética, pues considera queperder una parte del cuerpo, no debe ser un condicionante para quela vida sea o no feliz. Ella ha continuado su vida profesional ypersonal en plenitud, de forma normal y siempre rodeada de muchocariño y alegría.
