El movimiento estudiantil del 68 fue el detonador de la democracia en México, considera Óscar Menéndez, artista visual, quien asegura, se salvó de milagro en el brutal golpe contra estudiantes que orquestó el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, y quien en su trabajo ha tratado de mantener viva esta parte de la historia del país.
El documentalista y cineasta mexicano, radicado en Cuernavaca, recuerda que el 2 de octubre de 1968 fue un choque totalmente increíble porque nunca esperaron que los fueran masacrar.
“El 2 de octubre era un mitin para decir que el movimiento contra los Juegos Olímpicos se iba a suspender; se dijo ‘vamos a suspender el movimiento para que venga la olimpiada’”, expresó.
Sin embargo, cuenta que el gobierno les tenía preparada una trampa, de la cual asegura, se salvó de milagro, muy golpeado y sorprendido por lo brutal que el gobierno de México fue con la juventud.
“Gracias al 68 existe un gobierno que reconoce ese gran valor que tuvimos en nuestra generación de jóvenes que luchamos por la democracia en México, porque estaba realmente clausurada esa democracia con los gobierno priistas”, dijo.
Como parte de este movimiento, dijo estar preocupado por mantener la historia que hizo toda una generación de jóvenes mexicanos, en la cual asegura, estuvieron involucrados jóvenes morelenses.
En aquel momento era maestro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y apoyó al rector de la misma, Javier Barros Sierra, quien encabezaba el movimiento estudiantil.
Antes de estos hechos, Óscar Menéndez ya venía trabajando en testimonios nacionales, en 1965 realizó la película Todos somos hermanos, dedicada a Rubén Jaramillo.
Documentó su experiencia en el movimiento estudiantil con el documental Dos de octubre, aquí México en el cual se pueden ver las movilizaciones, discursos, la toma de la Ciudad Universitaria, y la represión que vivieron los jóvenes a manos del gobierno en turno.
“Yo tenía una educación política. Como estudiante fui muy activo en la universidad; estudié Arte en San Carlos; gracias la Universidad puede estudiar en Europa, en Praga, estuve cursando mi carrera de Cine. Tuve la oportunidad de vivir en un país socialista, que era Checoslovaquia, en ese entonces; todo esto me formó políticamente”, contó.
Su obra es pública y no comercial, curiosamente sus películas nunca han sido proyectadas en un sala cinematográfica, en televisión de vez en cuando, y afortunadamente existen personas interesadas en la historia.
El cineasta mencionó que apenas se está empezando una larga lucha por tener una democracia verdaderamente efectiva, puesto que la problemática mexicana es muy dura, porque se viene de una historia de opresión y existen aún muchos opresores.
“Lo nuestro es un granito de arena en todo este gran panorama de la cultura política y cultura mexicana; No es fácil, pero ahí estamos, dándole, somos fantasmas obsesivos”, expresó.
Consideró que se ha perdido la gran fuerza que tenía la generación del 68, la cual aseguró era valiente y los testimonios dan fe de ello.
“Ahora los muchachos se ocupan de ver la televisión y traen sus celulares todo el día; se ha perdido mucho la comunicación, porque están viendo las estupideces que les mandan todo el día; la gente ya no lee”, dijo.
Es por ello que con sus testimoniales espera que la gente tenga conocimiento de lo que ha pasado realmente en la historia de nuestro país, e incluso asegura que las nuevas generaciones ni siquiera saben qué pasó con los estudiantes de 1968.
Recuerda que después de la masacre, en la manifestación del silencio, en el entonces Distrito Federal, marcharon medio millón de personas, y el silencio fue la total derrota para el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, “eso fue maravilloso, porque jamás había habido una manifestación así en México, el gobierno entendió que no podía ganarnos”.
Finalmente, llamó a las nuevas generaciones a buscar en sus raíces, que pregunten a sus padres qué pasó en el 68, y retomen el orgullo de aquella generación.
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