Ramón Castro llama a dejar de lado las superficialidades

Durante la homilía dominical, el obispo de Cuernavaca pidió a la feligresía "dejar de cultivar las apariencias y ver con el corazón las cosas importantes"

Maritza Cuevas / El Sol de Cuernavaca

  · domingo 27 de octubre de 2024

Decenas de feligreses se dieron cita en Catedral este domingo para escuchar el sermón del obispo Ramón Castro. / Maritza Cuevas / El Sol de Cuernavaca

El obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, hizo un llamado a la feligresía a apreciar los detalles y dejar de lado la superficialidad, pues, dijo, “la gente no es capaz de ver con el corazón”.

Castro Castro inició la homilía dominical pidiendo una oración por la paz en México, especialmente en el estado de Morelos. Posteriormente, durante el sermón, lamentó que la sociedad ponga mayor atención en las cosas materiales, en las apariencias, “pero no vemos el corazón. Para ver el corazón se necesita otra luz, otros ojos”.

Somos ciegos incluso para nosotros mismos, nos da miedo vernos en el espejo del alma y aceptar nuestra verdad, solo cultivamos apariencias, somos ciegos que no vemos ni descubrimos el corazón y esa presencia de Dios.

Influencia de Wendy Guevara sorprende al obispo

El obispo de Cuernavaca se dijo sorprendido del éxito que ha tenido el programa de televisión La Casa de los Famosos y el hecho de que la ganadora de la primera temporada, Wendy Guevara, sea una de las personas más influyentes.

"Quedé sorprendido la semana pasada cuando escuché a un periodista que decía 'cómo es posible que quien ganó La Casa de los Famosos el año pasado sea la persona más influyente en México’, y se asombrada que más de 30 millones de personas votaron en este programa. Algo tan superficial capta e influye en la sociedad y sobre todo en nuestros jóvenes, porque estamos ciegos no vemos con el corazón queremos ver las apariencias y lo superficial".

Señaló también que lo verdaderamente importante se escapa de la vista. Dijo que la gente ve cosas espectaculares, pero no las cosas sencillas que son el tejido de nuestra vida.

“La sociedad padece de ceguera y no es capaz de reconocerla, con ojos turbios, enfermos, cansados, ojos que no ven cosas extraordinariamente bellas. A veces ven objetos, máquinas, llagas, lágrimas, pobreza, riñas, esclavitud, degradación, violencia, corrupción y al ver eso prefieren no ver e ignorar".