La iglesia de San Diego, considerada un monumento histórico, fue reabierta al público luego de que fuera restaurada y rehabilitada a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) debido a los daños que sufrió por el sismo del 19 de septiembre del 2017.
Su afectación hizo necesario que se diera su cierre debido a los riesgos que generaban a la población dando paso a su apuntalamiento.
Este edificio, cuya construcción data de 1801 y que estuvo a la orden de los Dominicos, pasó por un proceso de restauración que incluyó trabajos de inyección en el segundo cuerpo de su campanario, así como procesos de inyección en grietas, como la del muro sur de la capilla; además, se realizaron trabajos de exploración e inyección en los arcos intermedios de la nave principal.