El Secretario de la Mesa Directiva de la Academia de Ciencias de Morelos (AcMor), Alejandro Sánchez Flores, e investigador del Instituto de Biotecnología (IBT), de la UNAM, Alejandro Sánchez Flores, dijo que las reacciones atribuibles a la vacuna son debido a que el biológico es identificado como un “cuerpo extraño” por el sistema inmunológico, y que lo que se ha observado en las pruebas clínicas de fases 2 y 3, estas suelen presentarse en el 20 o 30 por ciento de la población y no tendrán un mayor riesgo.
Biológicos como Astra Zeneca, CanSino, o Johnson & Johnson, las cuales utilizan como vehículo, un adenovirus que se introduce al cuerpo. Pese a ser virus que no se replica y no causa infección “es identificado por el sistema inmune y lo activa, así como biológicos de otras empresas que usan nanopartículas”.
En la generalidad, de las personas que presentan síntomas adversos, dichos malestares se retirarán en pocos días y pueden ser controlados con analgésicos como el paracetamol.
Es así como el paciente inmunizado puede presentar síntomas como mareo, dolor en el brazo, dolor en articulaciones, diarrea, entre otras y “situaciones como trombosis se presentaría en uno de cada 250 mil personas, es muy raro, son personas contadas”.
Reconoció que si bien la situación de emergencia que provocó la pandemia ocasionó que el biológico se aprobara en población abierta cuando las pruebas se habían hecho en grupos controlados “con ciertas características”, ha quedado demostrado que la vacuna reduce los riesgos de infección, pero sobre todo los riesgos de síntomas graves que requieren hospitalización y cuidados intesivos, asi como la muerte.
“Pero lo que sí se sabe es que ninguna de estas reacciones pueda poner en peligro la salud o la vida de las personas. En la fase 3 aun tienes el control de la persona que están recibiendo la vacuna y muchas de ellas no tiene padecimientos, pero ya cuando abres la prueba al universo de personas, es muy difícil controlar las variables. Por ejemplo, es difícil determinar los factores de riesgo para una reacción adversa que puedan tener las personas, porque no sabemos de la historia clínica de las personas, incluso muchas de ellas puede desconocer si tienen un padecimiento o alergia que pudiera reaccionar con la vacuna”.
La última fase clínica de todas las vacunas concluirá en diez años “es decir, que en 2031 tendremos el estudio y conoceremos mucho de lo que está pasando ahorita, si la vacuna sirve o porqué de las reacciones adversas.
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