Tras cuatro meses de espera, el obispo Ramón Castro Castro ofició este martes 4 de agosto la Misa Crismal frente a cientos de presbíteros de la diócesis de Cuernavaca, quienes hicieron la renovación de sus promesas sacerdotales.
Respetando las medidas de distanciamiento social, la Catedral de Cuernavaca fue el punto de reunión para los sacerdotes, quienes portaban su sotana en color blanco y cubrebocas frente a la pandemia de Covid-19, la misa fue a puerta cerrada celebrando a San Juan María Vianney, patrono de los párracos.
Ordinariamente esta misa se celebra el Jueves Santo, pero ante la emergencia sanitaria de Covid-19, se tuvo que posponer hasta que el semáforo epidemiológico de riesgo cambiara y las condiciones en Morelos fueran las más idóneas.
Durante la misa crismal -una de las celebraciones más importantes de la iglesia católica- se bendicen los óleos o aceites (para los enfermos y los que se van a bautizar); el crisma es la materia sacramental con la cual son ungidos los nuevos bautizados, son signados los que reciben la confirmación y son ordenados los obispos y sacerdotes, es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal.
Tras la homilía, el obispo Ramón Castro Castro invitó a sus sacerdotes a renovar su consagración y dedicación a Cristo y a la Iglesia, prometiendo solemnemente unirse más de cerca a Cristo, ser sus fieles ministros, enseñar y ofrecer el santo sacrificio en su nombre y conducir a otros a él.
El jerarca religioso exhortó a los sacerdotes a no relajar las medidas preventivas por la crisis sanitaria, al confirmarse que los mayores contagios se pueden generar en lugares cerrados, como el culto, por lo cual los invitó a respetar la capacidad del 25 por ciento ante la reapertura las actividades eclesiásticas y sacramentales.
De igual forma, pidió multiplicar las misas, sin olvidar que podrán efectuarlas entre semana con precepto dominical, para que todos los fieles católicos tengan la posibilidad de asistir, de acuerdo a la capacidad de cada templo.
“No olviden al primer signo de enfermedad inmediatamente llamar a OCEAS (Obra de Clérigos en Ayuda Solidaria); no pensemos que es una gripita, que es algo que va a pasar, entre más pronto se atienda, más fácil es la salud que hay que recuperar”, acentúo monseñor Ramón Castro Castro.
Con la misa crismal se da paso a la reapertura de las actividades religiosas que se vieron suspendidas o más bien reducidas desde finales de marzo al colocarse Morelos en una etapa crítica de contagios de Covid-19; hoy, como es el caso de Catedral de Cuernavaca, los laicos podrán asistir a las misas en las parroquias siempre y cuando respeten las medidas de protección.