No fue el avance tecnológico, tampoco la necesidad de adaptarse al avance de la información o cuestiones mercadológicas, fue por una exigencia de Salud, que los trabajadores de los medios de comunicación, reporteros y periodistas, han tenido que adaptarse a buscar, recopilar, y generar información para transmitirla a la gente, a la sociedad, a la masa. Aquellos que a partir de la pandemia de la Covid-19, sin duda desde ahora, hablarán de un antes y un después.
Es cierto, los periodistas y reporteros esos que se la viven en la calle, que gastan suela, que enfrentan a los funcionarios que se resisten a informar con precisión o que si no están de buen humor, simplemente se dan la vuelta; ellos no son inmortales, tampoco de hierro, o inmunes.
Valientes tal vez, porque sin importar conflictos, enfrentamientos, incluso muertos o balaceras, el afán de ganar la mejor imagen o tener el mejor dato y la información, siempre gana.
Pero esta vez es diferente, la pandemia ha provocado que, por primera vez, no se quiera estar en la primera línea de fuego, y gradualmente que cambien los hábitos, las formas y las estrategias informativas, anteponiendo la salud personal y la auto protección a ese anhelo de informar antes que todos y primero que nadie.
Ya no son las conferencias de prensa, ni las entrevistas de banqueta, o las preguntas personales en la oficina, las que hoy se buscan, si es necesario, mejor se evitan, pero mientras los periodistas y reporteros se adaptan a estas formas, comienza a ser notable también el ocultamiento de la información, la descalificación y hasta la agresión las que acompañan a este nuevo escenarios en el panorama de la información.
Y es que, escribió Erick Sandoval en Zona docs, para los periodistas que viven prácticamente en la calle, -ahí comen, viven, planean y dialogan- el hecho de quedarse en casa implica un problema, ya que parte de su trabajo, es estar en el momento y lugar de la noticia, y aunado a las medidas tomadas para la contingencia de la Covid-19, las y los reporteros arriesgan su integridad física y salud para mantener informada a la población.
Agregó en el texto publicado el 06 de abril de este año, datos preocupantes como el hecho de que pese a la pandemia y como parte del último reporte de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Zoé Robledo, director del IMSS, decía que en México 22 mil periodistas no están afiliados a un sistema de seguridad social; principalmente, quienes laboran de manera independientes o en medios que no están afiliados al IMSS ni al ISSSTE.
Anel Ramírez escribió para El Sol de México el 13 de abril una verdad inocultable, cuando advertía que el Coronavirus ha venido a herir de muerte a una diezmada industria periodística en el momento que más se necesita dar información verídica, útil, completa, rápida y precisa ante una población con miedo, incertidumbre y en pánico por la pandemia.
Compañeros de diferentes medios de comunicación en Morelos, al principio tomaron las cosas con calma casi sin preocuparse, pero en la medida en que los informes de muertos iban en aumento aun sin las recomendaciones de sus empresas comenzaron a tomar las medias haciendo énfasis en el auto cuidado.
Algunos comenzaron con el uso de cubre bocas, y guantes, muchos otros más restaron importancia y hasta que no tuvieron más remedio que acatar las medidas, “no son inmunes, tampoco inmortales”.
Eran los llamados para quienes todavía se resistían. Algunas empresas de medios de comunicación en Morelos mandaron a resguardar en sus domicilios a sus empleados, pero sin suspender el envío de su material informativo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), considera que, además de enfrentarse a una pandemia, en el caso de la Covid-19 el mundo se enfrenta también a lo que denomina una infodemia.
Las infodemias son una cantidad excesiva de información sobre un problema que dificulta encontrar una solución. Durante una emergencia de salud, las infodemias pueden difundir errores, desinformación y rumores. También pueden obstaculizar una respuesta efectiva, así como crear confusión y desconfianza en las personas con respecto a las soluciones o los consejos que se plantean para prevenir la enfermedad.
¿Cómo será ahora el proceso de la información para los reporteros de medios impresos, televisivos, radiales y digitales? A cada uno la emergencia le da su lugar, analizarlos seria enorme tarea y profundo, pero para los profesionales sin duda les da una idea.
Avances tecnológicos como el Whatsapp, el Facebook, Instagram, y otras herramientas han sido hoy de uso trascendental, la necesidad de imagen y voz son indispensables para dar valor a la información que se comparte a los ciudadanos.
¿Cómo será ahora el periodismo a partir de la pandemia?, sin duda será un duro golpe para el proceso de la entrega, recopilación y procesamiento de la información y pondrá al descubierto las debilidades de una actividad que dicen, agoniza gradualmente.