Don Samuel Vidal Arroyo, periodista y exdirector de los periódicos El Sol de Cuernavaca y El Sol de Cuautla, y fundador de éste último, falleció este jueves 25 de marzo a los 87 años de edad por causas naturales, así lo dieron a conocer sus familiares.
Es considerado como uno de los primeros reporteros diaristas en Cuautla, con más de 50 años de trayectoria y a quien siempre le gustó escribir y reportear. Nació en Tlayacapan el 29 de noviembre de 1933; en 1978 junto con Irma Álvarez de Ceballos y José Adolfo Peña hicieron realidad el publicar el periódico El Sol de Cuautla, y fue en el año de 1990 cuando Don Mario Vázquez Raña, Presidente y director general de la Organización Editorial Mexicana (qepd) le encomendó la responsabilidad de la dirección General de El Sol de Cuernavaca y El Sol de Cuautla.
Por años, fue uno de los periodistas más reconocidos y queridos por sus compañeros del gremio, lo que le valió que fuera merecedor de muchos reconocimientos ya que sin duda es un referente obligado para entender el periodismo en esta ciudad.
Don Samuel fue muy querido por el gremio reporteril, periodístico y social no sólo de Cuautla sino de todo el estado, basta recordar cómo durante un homenaje que se le hizo hace unos años el mismo cronista, Óscar Apaez Godoy dijo que "su participación decidida en las luchas sociales más importantes de Cuautla evitaron una serie de abusos que venían cometiendo los gobernantes de aquella época".
En tanto, el mismo Samuel Vidal en muchas ocasiones envió mensajes a las nuevas generaciones de reporteros en donde les decía que "este trabajo es de pasión, no sólo de entretenimiento; lo que les hace falta a los reporteros es esmerarse más en su trabajo, no tomar el periodismo como un pasatiempo, sino que debe de hacerse con pasión, mucha pasión, (...) no sólo hacer la notas por hacerlas o porque conocen la técnica, sino que hay que investigar más, salir a la calle".
Don Samuel Vidal será recordado por ser el fundador, reportero y director de El Sol de Cuautla y El Sol de Cuernavaca, pero sobre todo, porque logró que en sus ocho páginas iniciales se reflejara el palpitar de la vida cuautlense, otorgándole al lector el panorama de noticias que se redactaba con entusiasmo reporteril, siguiendo los cánones de objetividad, veracidad y oportunidad.
Descanse en paz Don Samuel Vidal Arroyo.
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