Hacía tiempo que no se tenía conocimiento sobre la conformación de un plan en el país, en el sentido que se le da al término cuando los movimientos de oposición al gobierno emiten un manifiesto como en su momento lo fueron el del Plan de Ayala y el Plan de Iguala, por mencionar dos ejemplos. El Plan de Xalapa se convierte ahora en el caso más reciente y busca combatir la puesta en marcha de megaproyectos como el Proyecto Integral Morelos (PIM) y su termoeléctrica en Huexca.
En mayo pasado, durante la toma de las oficinas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), diversas organizaciones coincidieron en continuar con la oposición al PIM, un acuerdo que habría sido ratificado el 30 de mayo en la comunidad de El Salitre, en el municipio de Ayala, y el 5 de junio en San Juan Ahuehueyo, localidades donde se promovió el llamado Plan de Xalapa.
“Se orienta hacia la construcción de un movimiento nacional con objetivos planteados en contra del robo del agua, contra los megaproyectos que nos despojan de la tierra, el territorio, sus recursos y la vida”, establece la convocatoria del Movimiento Nacional en Defensa del Agua, la Vida, el Territorio y en Contra de los Megaproyectos a una reunión preparatoria el próximo 10 de julio en la Casa del Estudiante de la Ciudad de México. Se espera que en dicha reunión los asistentes elaboren el programa, principios y el plan de acción para conformar el movimiento.
Consultado respecto a la participación del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala (FPDTA-MPT), al que pertenecía el activista asesinado Samir Flores Soberanes, el representante legal de la organización, Juan Carlos Flores Solís, señaló que ésta no participa en la conformación del movimiento, no obstante que la convocatoria aborda la participación de los plantones de Huexca y Anenecuilco, en las oficinas de la Asociación de Usuarios del Río Cuautla (Asurco) A.C.
A fines de abril pasado, la representante del movimiento “Huexca en resistencia”, Teresa Castellanos Ruiz, se deslindó de la permanencia de los habitantes de la comunidad donde fue construida la termoeléctrica del plantón instalado frente a sus instalaciones. Si bien el plantón fue instalado en conjunto con los habitantes, el grupo de pobladores que permanecía en esta guardia optó por volver a casa argumentando motivos de seguridad.