El proyecto que busca convertir la conocida poza de Agua Azul de Cuautla en una aldea biocultural y un santuario para la preservación de la tortuga Casquito, endémica del estado, se enfrenta a un escenario complicado, agravado por la contaminación que persiste en el Área Natural Protegida (ANP) del Río Cuautla y la invasión no sólo territorial, sino también de especies no nativas.
Así lo expuso Enrique Anzures Carrillo, director de Uso y Manejo Sustentable de la Comisión Estatal de Biodiversidad de Morelos (Coesbio), dependencia que colabora con biólogos y activistas locales para llevar a cabo esta iniciativa ambiental.
“Nos está costando trabajo”, reconoció Anzures Carrillo, quien también es activista ambiental.
Refirió que una parte importante del proyecto tendrá que vincular a la gente de la región, para que tome conciencia del valor de este tipo de espacios, así como la importancia de evitar plantar plantas y árboles no nativas de la zona, hecho que ha tenido un impacto negativo en la biodiversidad.
“Se estaban poniendo plantas que no son nativas, que son exóticas y el calor de aquí las termina secando”, detalló.
Por lo pronto, Anzures Carrillo dijo que en enero de 2023 se elaborará un listado de especies endémicas del Río Cuautla que puedan fungir como polinizadores en la futura aldea biocultural, que tiene un área de 40 metros cuadrados.
“Se pretende involucrar a la gente para que haga conciencia, no nada más de las invasiones del área natural, sino también de las plantas no nativas del lugar”.
En el mediano plazo, se espera que este espacio pueda fungir como un santuario natural para la tortuga Casquito, cuyos últimos ejemplares se encuentran actualmente bajo cuidado de expertos en la Unidad de Manejo Ambiental, que se encuentra dentro del parque Emiliano Zapata, en la colonia del mismo nombre.
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