Comerciantes ubicados en la glorieta del Jardín Pacheco, en el Centro Histórico de Cuernavaca, acusan a la policía de no dejarlos trabajar en la Plaza de Armas, pese a haber pagado una cuota para vender sus productos, además de sufrir maltrato por parte de los elementos.
El lunes pasado, 40 comerciantes semifijos y ambulantes, principalmente de venta de artesanías, fueron sorprendidos por unas vallas de madera que rodearon el lugar donde normalmente se establecían para vender sus productos; lo anterior, como parte de los trabajos de restauración del Palacio de Cortés, sin previa explicación, lo cual generó molestia entre los vendedores.
Sin embargo, el Ayuntamiento se comprometió a reubicar a quienes contaban con el permiso para instalarse en la zona.
Ayer un grupo de comerciantes acusó a los policías de no dejarlos trabajar en Plaza de Armas, regla que, aseguran, no aplica para todos los comerciantes.