“¡No te quites el cubrebocas, no te toques la cara y deja de llorar!”, expresa un padre de familia a su pequeño hijo mientras, preocupado, intenta comprar un refresco y unas galletas en la tienda. Se trata de un padre divorciado que hace malabares durante el tiempo que comparte con sus hijos durante esta pandemia.
Y es que para cualquier familia con niños pequeños estos últimos cuatro meses han resultado complicados, pero para las parejas separadas la situación se torna estresante, por decir no decir caótica. Si antes tenían el apoyo de los abuelos, ahora no deben exponerlos; además, por salud se intenta reducir el número de personas con las cuales tener contacto lo que se traduce en no contar con ayuda.
Por supuesto, la situación ya tiene serias repercusiones. Esta semana, el Instituto Nacional de Salud Pública documentó los efectos que la pandemia está dejando en la salud de la población de forma colateral: el temor al contagio, el pánico por perder a algún ser querido, y por supuesto los graves problemas económicos que mantienen en vilo a más de uno. Esto se manifiesta con trastornos del sueño, irritabilidad, frustración, pero también en un incremento significativo en el consumo de alimentos azucarados. Por si fuera poco, los adultos están ingiriendo más alcohol y tabaco.
Pero los niños no son ajenos a estas circunstancias, por esto es importante reconocer cómo afecta la pandemia para brindar a los hijos mayor atención y cuidados.
¿Cuáles son los signos de alerta? Presta atención
El Instituto Mexicano del Seguro Social precisa que cada persona reacciona de manera diferente a las situaciones de estrés, pero en los niños hay algunos cambios de conducta que podrían dar una pista.
Por ejemplo, si bien todos los niños lloran, si lo hacen fuera de lo común es un punto de alerta; también si regresan a conductas que ya habían superado como dormir solos, el control de esfínteres, o cambios en la atención y concentración.
Para ayudar a los menores, se recomienda dedicarles tiempo y hablarles, de acuerdo con su edad, sobre los cambios que generó la pandemia, cómo serán “los nuevos hábitos” (el uso del cubrebocas, las gafas, las caretas, el gel antibacterial, los paseos, la escuela), siempre brindándoles seguridad y tranquilidad.
Si necesita ayuda profesional se recuerda que el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia mantiene su servicio de asesoría psicológica gratuita en la línea de seguridad y chat de confianza (55) 5533-5533 las 24 horas del día los 365 días del año.
Cambios de conductas
- Llanto o irritabilidad excesiva en niños más pequeños.
- Volver a tener conductas que habían superado (por ejemplo, no llegar a tiempo al baño o mojar la cama).
- Preocupación o tristeza excesiva.
- Hábitos de alimentación o sueño poco saludables.
- Irritabilidad y "berrinches" en adolescentes.
- Bajo rendimiento académico o ausentismo escolar.
- Problemas de atención y concentración.
- Abandono de actividades que antes disfrutaba.
- Dolores de cabeza o dolor corporal sin motivo.
- Consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias.
¿Cómo ayudar y brindar apoyo?
- Responda preguntas y comparta información sobre el Covid-19 de manera que pueda entenderlo.
- Tranquilice a su hijo al decirle que está a salvo. Dígale que está bien si se siente disgustado. Cuéntele cómo controla usted su estrés de modo que pueda aprender a manejar la situación a partir de su ejemplo.
- Limite la exposición de los niños a la cobertura de noticias sobre el tema, ya que pueden malinterpretar lo que escuchan.
- Intente mantener las rutinas.
- Dé el ejemplo. Tómese descansos, duerma bien, ejercítese y coma bien. Mantenga una conexión con sus amigos y familiares.
- Pase tiempo con su hijo en actividades que disfrutan, como leer juntos, ejercitarse, jugar juegos de mesa.
Con información del IMSS