/ jueves 6 de septiembre de 2018

Serafín y Camerina, una pareja que demuestra que el amor siempre va a triunfar

“Ya sabes que en los pueblos todos se conocen y yo me enamoré de ella, pues teniendo más se quiso quedar conmigo”

Serafín Rosas Villanueva y Camerina Villa Olvera son un matrimonio de Ciudad Ayala; él tiene 65 años y ella 59; Serafín es agricultor de cacahuate y trabaja los ejidos del campo que rodean el pueblo; ambos viven en la zona más rural de Ayala.

Esta pareja tiene 40 años de casados y seis hijos, pero en 2000 Camerina tuvo un derrame cerebral que la dejó sin poder caminar, ni hablar. Serafín tuvo que ver por su esposa y llevarla a la Ciudad de México, en donde ella recibía atención médica; sin embargo, los recursos que tienen son muy escasos y ya no les alcanza para las consultas.

Sus hijos ya tienen sus propias familias y hay veces en las que él solamente tiene que ver por su esposa; ahora, Serafín se está quedando ciego, lo cual le impide trabajar. No sólo se dedica a la agricultura, el hace de todo, tanto albañilería y plomería, pero no tiene un salario fijo.

“Miedo no hay que tener, yo pienso que todos tenemos miedo, pero de qué sirve”, nos dijo mientras sujetaba la mano de su esposa, quien solamente lo mira. Él analiza su situación y se pregunta qué le hubiera deparado el destino si a él le hubiera dado el derrame, piensa que sus hijos lo abandonarían.

A Camerina la medican todo el tiempo, hacen un esfuerzo para comprar las medicinas o se las dan en la clínica que visitan para sus revisiones. Ellos se conocieron en Ciudad Ayala; Camerina tenía 17 años y Serafín 26. “Ya sabes que en los pueblos todos se conocen y yo me enamoré de ella, pues teniendo más se quiso quedar conmigo”, contó mientras le daba un beso en la frente.

Cuando yo veía bien me compré unos lentes para leer y con ellos leía la Biblia y yo creo que Dios no nos odia, porque si nos odiara ya no estaríamos en este mundo; no importa si somos buenos o malos, él nos quiere; Dios no nos cobra nada, todo se paga en vidaMencionó Serafín

Serafín y Camerina son un ejemplo de vida, una pareja que demuestra que el amor siempre va a triunfar ante la enfermedad; ellos dos siempre se han amado y no importa si ella ya no puede hablar o caminar, él estará con ella lo que le quede de vida. Serafín la vuelve a besar y declaró: “Yo la amo y jamás me iré de su lado pues la promesa que yo le hice la sigo cumpliendo no importa lo que pase”.



Serafín Rosas Villanueva y Camerina Villa Olvera son un matrimonio de Ciudad Ayala; él tiene 65 años y ella 59; Serafín es agricultor de cacahuate y trabaja los ejidos del campo que rodean el pueblo; ambos viven en la zona más rural de Ayala.

Esta pareja tiene 40 años de casados y seis hijos, pero en 2000 Camerina tuvo un derrame cerebral que la dejó sin poder caminar, ni hablar. Serafín tuvo que ver por su esposa y llevarla a la Ciudad de México, en donde ella recibía atención médica; sin embargo, los recursos que tienen son muy escasos y ya no les alcanza para las consultas.

Sus hijos ya tienen sus propias familias y hay veces en las que él solamente tiene que ver por su esposa; ahora, Serafín se está quedando ciego, lo cual le impide trabajar. No sólo se dedica a la agricultura, el hace de todo, tanto albañilería y plomería, pero no tiene un salario fijo.

“Miedo no hay que tener, yo pienso que todos tenemos miedo, pero de qué sirve”, nos dijo mientras sujetaba la mano de su esposa, quien solamente lo mira. Él analiza su situación y se pregunta qué le hubiera deparado el destino si a él le hubiera dado el derrame, piensa que sus hijos lo abandonarían.

A Camerina la medican todo el tiempo, hacen un esfuerzo para comprar las medicinas o se las dan en la clínica que visitan para sus revisiones. Ellos se conocieron en Ciudad Ayala; Camerina tenía 17 años y Serafín 26. “Ya sabes que en los pueblos todos se conocen y yo me enamoré de ella, pues teniendo más se quiso quedar conmigo”, contó mientras le daba un beso en la frente.

Cuando yo veía bien me compré unos lentes para leer y con ellos leía la Biblia y yo creo que Dios no nos odia, porque si nos odiara ya no estaríamos en este mundo; no importa si somos buenos o malos, él nos quiere; Dios no nos cobra nada, todo se paga en vidaMencionó Serafín

Serafín y Camerina son un ejemplo de vida, una pareja que demuestra que el amor siempre va a triunfar ante la enfermedad; ellos dos siempre se han amado y no importa si ella ya no puede hablar o caminar, él estará con ella lo que le quede de vida. Serafín la vuelve a besar y declaró: “Yo la amo y jamás me iré de su lado pues la promesa que yo le hice la sigo cumpliendo no importa lo que pase”.



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