Hace más de 10 años en Cuernavaca operaba un centro de conversión en el poblado de Ocotepec, sin embargo, al ser identificado se movió de lugar, volviendo clandestinas este tipo de prácticas, informó Isidro Añorve Sánchez, encargado de departamento de Diversidad Sexual de Cuernavaca.
“Cuando son descubiertos y alguien se atreve a denunciar de manera pública, lo que hacen es que se cambian de nombre o lugar… justamente por eso ocurren las terapias de conversión de manera clandestina”, explicó Añorve Sánchez.
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Pese a que este centro cambió de nombre y de lugar, el último reporte que se tuvo de él fue en el 2015, y se logró ubicar en avenida Ávila Camacho en Cuernavaca.
Con la reforma que fue aprobada el 11 de octubre el Senado de la República donde quedan prohibidas las terapias de conversión, esto servirá para hacer eco en los Congresos de todos los estados del país; así como abonar a la propuesta de reforma que el fallecido diputado Roberto Yáñez había hecho en el Congreso del Estado de Morelos con respecto de tipificar en el Código Penal las terapias de conversión.
Reiteró que en la entidad el último caso de una posible terapia de conversión que se registró fue en 2020, esto con el caso de una persona perteneciente a la comunidad lésbica, quién habría desaparecido sin dar explicaciones.
“Su conocidos la estaban buscando, los familiares nunca quisieron interponer una denuncia por desaparición por lo que eso les causó dudas… Entonces ellos empezaron a hacerlo público… Se logró que la fiscalía emitiera la ficha de búsqueda”, mencionó.
Sin embargo no se pudo comprobar que la chica había atravesado por este proceso ya que cuando fue localizada, declaró de manera voluntaria ante la Fiscalía que ella se encontraba bien y contenta con su “cambio de estilo de vida” el cual había decidido hacer por su propia cuenta; con esta declaración cumplía con todos las características del sometimiento de la terapia de conversión.
Añorve Sánchez explicó que las principales características que muestran las personas que han atravesado por eso es el cero contacto con su red de apoyo y cualquier relación que pudiese tener en cuanto a la comunidad LGBT+, mencionó también que en la mayoría de los casos es la misma familia que los lleva a los lugares clandestinos.
“Son alejados de sus redes de apoyo, los incomunican y son sometidos a tratos inhumanos, a torturas, a prácticas de electroshock y a violaciones “correctivas” para que las personas cambien su orientación sexual”, dijo Añorve Sánchez.
Referir que las agresiones sexuales que mencionó el titular de diversidad sexual, a pesar de que pudieran ser tipificadas como un delito, no se cuentan con denuncias que confirmen el hecho.
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