La región de los Altos de Morelos está llena de recordatorios del pasado: debido a la orografía que predomina en esta zona, sus formaciones geológicas fueron utilizadas por la cultura mesoamericana para hacer dibujos y grabados como los que se encuentran en el abrigo rocoso de "Texcalpintado", entre Morelos y Puebla.
De acuerdo con Raúl Francisco González Quezada, profesor investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Morelos, en la entidad existe una gran cantidad de pinturas rupestres.
Tenemos muchísimas por el tipo de formaciones geológicas con las que contamos, tenemos una cantidad enorme de pequeñas y también se realizaban en las barrancas: lo que cuidan los practicantes del ritual es de ubicar nichos rocosos o barrancas en donde la lluvia no cae directamente, esto es para que se convierta en el signo pintado
En el estado, las pinturas rupestres se han encontrado en Tepoztlán, Tlayacapan, Yecapixtla (Achichipico) y Temixco (Cuentepec), pero hay posibilidades de que también existen en Totolapan.
"No podríamos enumerarlas", reconoce González Quezada.
El investigador explica que todas estas pinturas son importantes por el valor testimonial que representan y por la gran cantidad de signos que tienen.
En otros estados también existen varios ejemplos arqueológicos de petrograbados de ocho mil años de antigüedad, con figuras que representan los fenómenos naturales, como la lluvia, el sol y las estrellas, realizadas por los primeros pobladores, pueden ser encontradas en un espacio de más de 600 hectáreas en el municipio de Mina, Nuevo León.
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