Uno de los pueblos originarios más antiguos de Cuernavaca es sin duda Tlaltenango. Y aunque no hay un año definido de cuándo surgió este poblado, de acuerdo con historiadores fue uno de los fundadores de Cuernavaca, pues, incluso, se dice que fue testigo de la llegada de los Tlahuicas y un sitio importante durante la Conquista.
“A través de las historias y los relatos de las familias, se dice que los Tlahuicas forman el pueblo de Tlaltenango, no hay un año exacto, pero aproximadamente fue en el 1400 cuando llegaron los primeros pobladores, por lo que Tlaltenango tiene una historia indígena”, expresó José Alfredo Domínguez San Ciprián, habitante del pueblo de Tlaltenango.
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El desarrollo principal de Tlaltenango se rige por su riqueza natural y cultural, cuya pauta es marcada con la llegada de Hernán Cortés, en 1523, quien tras derrotar a los mexicas regresa a Cuauhnáhuac y se establece en este poblado.
En 1523 llega Hernán a Tlaltenango, donde establece el primer Ingenio de azúcar de América Latina, de hecho, aún hay vestigios en algunos domicilios.
De hecho, se dice que Tlaltenango se convierte no solo en productor de azúcar para México, sino para América Latina y otras partes del mundo.
“Tlaltenango empieza a desarrollar relaciones económicas muy fuertes y a generar un trabajo distinto al del campo y a meterse a la industria de la caña, algo que no pasaba en los demás pueblos, teniendo un proceso distinto en el que la gente se prepara también para insertarse en esa vida económica, al principio segregados con trabajos pesados. Y también se da una mezcla de razas con los negros, los españoles y los indígenas del poblado”.
La primera capilla de América Latina surge en Tlaltenango
En este sitio se construyó la primera capilla de América continental y está dedicada a San José, también se aprecia el santuario de la Virgen de los Milagros, construida en el siglo XVIII.
“En Tlaltenango se construye la primera iglesia de América Latina, que es la Iglesia de San José, que se encuentra a un costado del santuario de la Virgen de los Milagros que es construido después. Esto genera que Tlaltenango empiece a tomar un rumbo distinto tanto a percepción de su cultura, religión, economía, relaciones de los pobladores y el uso de suelo”.
La capilla de San José en Tlaltenango data del siglo XVI y fue edificada por los Franciscanos; en ella se venera la imagen de San José, que se cree fue traída de España por Hernán Cortés. De acuerdo con pobladores, durante la Revolución, esta iglesia fue usada como cuartel para las tropas zapatistas, e incluso aún son visibles algunos restos de disparos de las batallas.
La iglesia de San José, era para la clase alta que en ese momento se encontraba trabajando en el ingenio, específicamente para los hacendados y quienes tenían recursos. Y posteriormente se construye la Iglesia de San Jerónimo para los indígenas.
La Iglesia de San Jerónimo es una construcción realizada a mediados del siglo XVI, es el tercer templo católico más antiguo del continente americano y fue edificado por órdenes de Hernán Cortés. en el año de 1550. En este templo se rinde homenaje de San Jerónimo, considerado padre y doctor de la iglesia latina.
El Santuario de la Virgen de los Milagros
Fue construido en honor a una aparición de la Virgen de los Milagros en 1720. Cada año se celebra esta aparición con la tradicional Feria de Tlaltenango a principios de septiembre.
“En 1720 cuando se genera el hallazgo de la aparición de la Virgen de los Milagros, se construye su santuario. La veneración a la Virgen de los Milagros, hoy nos lleva a cumplir 304 años de celebrar una tradición muy importante”.
Feria de Tlaltenango
La Feria de Tlaltenango es una de las celebraciones más importantes en el estado de Morelos con más de 300 años de antigüedad, y se caracteriza principalmente por su arraigo cultural y por ser una tradición que pasa de generación en generación entre los pobladores.
“La feria ha cambiado con el tiempo, cuando surge era más pequeña, que llegaba a la iglesia se extendía un poco hacia a la glorieta y a la mitad de la avenida Zapata, pero la misma demanda, fe y devoción a la Virgen ha hecho que crezca. Tuve la oportunidad de ser ayudante municipal y me di cuenta que los comerciantes que llegan, no solo es por vender, sino que tienen una relación espiritual y de fe con la Virgen”.
José Alfredo Domínguez San Ciprián asegura que es una de las ferias más antiguas de la República Mexicana, y en Morelos, la más grande, junto con la de Tepalcingo.
Es una tradición que debe ser valorada porque es parte de nuestras raíces e identidad como cuernavacenses.
Y detalló que, a lo largo de estos 304 años, la celebración de la feria sólo ha parado en muy pocas ocasiones y por causas inapelables, durante la Revolución Mexicana y recientemente con la llegada de la pandemia por la Covid-19.
Las Tandas Culturales en la Feria de Tlaltenango
Bajo el lema “Arte y cultura para la liberación”, las tandas culturales en la Feria de Tlaltenango iniciaron en 1975 y se han mantenido año con año gracias a los colonos y grupos artísticos y culturales, que le han dado continuidad a este proyecto que fue impulsado por el padre Baltasar López Bucio.
“Las tandas culturales forman un parteaguas en la Feria de Tlaltenango, y eso se debemos a la llegada del Padre Baltasar López Bucio acompañado del obispo Méndez Arceo. Hay que recordar que estas tandas culturales surgen porque en el pueblo de Tlaltenango, en la parte de San Jerónimo, había cantinas o piqueras, pero había problemáticas con riñas. Cuando llega el padre Balta se da cuenta que existe un grave problema de que pone en riesgo la feria, porque las familias ya no querían asistir porque había mucho alcohol y a través de un esfuerzo enorme, en reunión con asambleas comunitarias en 1975 se expulsan a las piqueras y se constituye este proyecto”.
Cuando se comenzaron a impulsar las tandas culturales se presentaron artistas como Chava Flores, Guadalupe Pineda y Silvio Rodríguez
“El padre sale de Tlaltenango y las tandas las retoma el pueblo, y hoy día es el único evento cultural tan grande, que es sostenido por el pueblo sin un subsidio de gobierno, únicamente se cuenta con el apoyo de varios grupos culturales”.
Tlaltenango, identidad de Cuernavaca
El pueblo de Tlaltenango tiene rasgos que le generan identidad, además de sus capillas e iglesias, otros de los lugares emblemáticos es el panteón que es uno de los más antiguos de Cuernavaca.
“El panteón es muy antiguo, tiene muchos años, al parecer data del año 1800, y personalmente en ese lugar, están enterrados ya cuatro generaciones de mi familia”.
A lo largo de los años, el pueblo de Tlaltenango ha tenido diversos cambios, con la llegada de más pobladores y la urbanización.
“Tlaltenango ha cambiado en el tiempo, porque cuando yo era niño, había muchos terrenos que eran huertos con una gran cantidad de árboles frutales, caña y apantles; ahora esos terrenos han cambiado, y más porque estamos pegados al Centro de Cuernavaca, el cual empieza a crecer y a utilizar esos terrenos cercanos y Tlaltenango cambia de imagen porque se venden esos predios y comienza a urbanizarse, sin embargo, no ha perdido su identidad, tenemos muchas calles empedradas y casas que se conservan intactas durante muchas generaciones”.
Parque Ecológico Cultural Tlaltenango
Otro de los sitios importantes en este poblado es el Parque Tlaltenango, un espacio ecológico, centro cultural y parque recreativo que cuenta con más de 10 mil metros cuadrados, cancha de usos múltiples, salas de exposición, talleres, cancha de tenis, juegos y áreas verdes.
En Tlaltenango se ubica también la Glorieta de la Identidad, que preserva la identidad de los 12 pueblos originarios de Cuernavaca, con la toponimia de cada uno de ellos.
“Todos los pueblos tienes sus usos y costumbres y es importante que los conozcan porque son parte de nuestra identidad”.