Desde el 2016, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió proclamar el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia cada 11 de febrero, con el objetivo no sólo de celebrar a las mujeres y niñas que lideran la innovación y que exigen se actúe para derrumbar las barreras con las que todavía se encuentran, sino también con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, y, además, lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mismas.
Según datos de la UNESCO (entre 2014 y 2016), solo alrededor del 30 por ciento de todas las estudiantes escogieron estudios superiores dentro del campo de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y matemáticas (STEM). En el todo el mundo, la matrícula de estudiantes femeninas es particularmente baja en el campo de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC), con un tres por ciento; ciencias naturales, matemáticas y estadísticas, con cinco por ciento; y en ingeniería, manufactura y construcción, ocho por ciento.
Morelos es el primer estado per cápita en materia de investigación y está dentro de los tres primeros lugares en cualquier espacio relacionado con la ciencia y la tecnología. Es líder en investigación con más de 40 centros e institutos de investigación con representación de las instituciones más prestigiadas a nivel nacional, como son la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
El estado cuenta con dos laboratorios nacionales, más de 260 laboratorios especializados y más de 2 mil investigadores, 999 de ellos adscritos al CONACyT, y 706, al Sistema Estatal de Investigadores. Además, cuenta con más de 60 posgrados de calidad con una derrama anual de más de 100 maestros y doctores en todas las disciplinas.
De los más de dos mil investigadores, la mitad de ellos son mujeres, lo cual es muy positivo; sin embargo, Brenda Valderrama, presidenta de la Academia de Ciencias de Morelos, precisó que las investigadoras todavía enfrentan ciertos obstáculos a la hora de desarrollarse plenamente en su profesión.
No estamos abriendo las posibilidades para que las mujeres puedan compaginar su vida profesional y familiar en un período que abarca 10 años, en el cual se establecen las familias, sostuvo, al tiempo de recordar lo único que se ha llevado a cabo desde el Sistema Estatal de Investigadores, es que cuando una investigadora tiene un hijo se le da una prórroga de un año en sus evaluaciones hasta por dos veces, aunque no es suficiente al requerir acciones positivas a nivel laboral.