El domingo 23 de julio, inspectores del municipio de Cuernavaca continuaron con el reordenamiento de los comerciantes ambulantes en la capital de Morelos, en esta ocasión fue frente a la Catedral de Cuernavaca, donde había tres vendedores ambulantes.
Los inspectores pidieron a las personas que habían colocado sobre la banqueta cubetas de uvas, cerezas y duraznos que se retiraran, pues no contaban con los permisos para vender en la vía pública.
Ante la petición de los inspectores una de las vendedoras respondió: "No estoy haciendo nada malo, no me puede quitar".
Después de unos minutos, las personas decidieron retirase del lugar, pues argumentaron que no podían pagar los permisos para vender.
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Sobre esto, Francisca, una de las vendedoras contó que hace aproximadamente un mes fue al Ayuntamiento para ver el trámite de su permiso, pero aseguró que dicho documento le salía muy caro y no le convenía porque ella no es una vendedora ambulante de Cuernavaca.
La vendedora que viene del municipio indígena de Xoxocotla, dijo que sólo por temporadas asiste a Cuernavaca para vender y que en otras ocasiones va a otros municipios para vender.
Al preguntar el motivo por el que viaja todos los días de Xoxocotla a Cuernavaca dijo: "No vendo allá, porque donde vivo la gente es de escasos recursos y no me pueden comprar, por eso me vengo para acá".
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