El entorno de una mujer que se ha desarrollado profesionalmente y que ha elegido ser madre, a veces resulta en tener la sensación de cargar sobre los hombros la culpa de si se es o no una buena mamá.
Y es que si dejas a los hijos mucho tiempo, que por qué no los cuidas tú y prefieres pagar una nana. Todo eso se relaciona con las etiquetas con las que la sociedad enrola a la mujer, mismas que prácticamente debes arrancar y resurgir con éxito en tu faceta como mamá.
Consultada por El Sol de Cuernavaca y el Sol de Cuautla, Elizabeth Romo Medrano, doctora en Educación, apuntó lo fundamental que significa abrir un canal de comunicación directa entre madre e hijo o hijas, ya que este permite que los lazos en la relación prevalezcan.
“Que las madres escuchen de sus hijos aquello que no quieran escuchar, y vean lo que no quieran ver, por más incómodo que resulte”, sugiere.
Esto no significa que debas estar atada a la cama de tus hijos, pero sí darte un espacio en la agenda para compartir su desarrollo.
La privacidad de los hijos tiene límites
La especialista señala que las madres deben tener claro que el meterse a la vida privada de los hijos no es una violación a sus derechos humanos, pues puede significar evitar que se pongan en riesgo, por lo que las mamás no deben sentirse culpables a la hora de revisar mensajes de celulares, redes sociales o mochilas.
“El cuarto del menor debe ser un espacio tan abierto como el resto de la casa. Estar al pendiente de lo que hace. Un chico en soledad no debe ser, sobre todo en la secundaria en donde expresan sentimientos negativos como tristeza, nostalgia, o sobrexcitación”
También es importante platicar con la persona que se encarga de la limpieza de las recámaras para que si observa algo anormal lo comunique de inmediato.
“Hemos tenido el caso de una alumna que estaba a punto de ser enganchada por un grupo de trata de personas, los padres se acercaron y con apoyo de la Policía Cibernética los rastrearon hasta Perú. Que nadie les diga que los niños o jóvenes tiene privacidad, nada puede ser tan privado que te ponga en riesgo, la privacidad no puede estar por encima de la integridad física o emocional de sus hijos”.
Pendientes de las redes sociales
Tú que sueles tener acceso continúo a las redes sociales, es necesario que de vez en cuando estés al pendiente de lo que publican los menores en las suyas, puesto que en algunos casos escriben vulgaridades, groserías, anotaciones sexuales.
“Que vean, no para escandalizarse, ni para regañarlos, sino para ver el porqué los hijos se expresan así con personas extrañas”.
No al castigo corporal
El llamado castigo corporal no debe ser utilizado como medio de sanción para los hijos, apunta la experta, ya que normalmente este tipo de medidas se aplican cuando la madre está enojada, lo que envía un mensaje hacia los niños sobre que “está desahogando su enojo en él o ella”.
“Los límites deben ser necesarios, saber hasta donde sí y dónde no debe ser la relación con los demás; encontrar un punto medio porque los padres pueden permitir que los hijos les griten, pero tampoco el castigo corporal debe ser la medida de sanción”.
Hora de recurrir a un especialista
Aquellas madres que piensan que ya no tiene control sobre la educación en sus hijos, deben pensar en que es momento de la intervención de un especialista.
“Hay ocasiones en que se necesita la intervención de un especialista, cuando la mamá ya no puede tener control de la situación. Cuando no sabemos de dónde viene el problema es hora de pedir la intervención de una tercera persona, pero eso no debe significar que se busque un psicólogo y ahí le deje al niño o niña, el psicólogo es un apoyo únicamente”.
Etapa más difícil: la Adolescencia
La etapa más difícil en que una madre pueda alcanzar una relación privilegiada con sus hijos, sin duda, es de sexto de primaria a tercero de secundaria, pero si la relación se trabajó desde siempre y se mantuvo, tanto madre como hijos podrán enfrentar la adversidad que representa una etapa tan complicada como es la adolescencia.
Hay que prepararse y darnos cuenta que esta etapa viene, por eso es tan fundamental abrir canales de comunicación, insisto, si la niña detecta un problema que lo comuniqué a su madre.
Tal es el caso de una menor cuyos compañeros engañaron para quitarle un billete de 200 pesos diciéndoles que “el billete era maligno, la niña asustada le comentó a su mamá y ella se acercó, pudimos reaccionar en el momento preciso porque finalmente la niña estaba siendo manipulada por sus compañeros. Los niños y jóvenes tienen sus formas de comunicarse”.