El sitio arqueológico de Teopanzolco es considerado uno de los puntos turísticos a conocer en Morelos, no solo por la historia que lo cobija sino al formar parte de la zona residencial de Cuernavaca, situado en el corazón de la ciudad. Tras el sismo del 19 de septiembre cerró sus puertas ante los múltiples daños en las estructuras prehispánicas; sin embargo, desde principios de febrero abrió de manera temporal, en espera de recibir recursos para concluir la restauración.
Teopanzolco, cuyo significado es: “en el templo viejo”, fue, de acuerdo a datos históricos, construida probablemente en el posclásico, la última etapa del desarrollo independiente de las culturas mesoamericanas, cuando los Tlahuicas llegaron a construir el señorío de Cuauhnáhuac.
No obstante, según datos de la arqueóloga Bárbara Konieczna, del Centro INAH Morelos, por mucho tiempo se consideró que todos los asentamientos fueron construidos en la etapa de presencia mexica en territorio de Morelos, en 1430 de nuestra era; pero esta idea cambio en 2002 cuando se percataron que debajo de la plaza abierta existen desplantes de los muros de otras construcciones, mismas que corresponden a la más temprana fase de construcción y cuentan con rasgos similares al sitio arqueológico de Tenayuca en el Estado de México.
La pirámide de Teopanzolco -como es usualmente conocida- vivió uno de sus más trágicos momentos, cuando el 19 de septiembre de 2017 a las 13:14 horas la tierra se cimbró por un sismo cuyo epicentro se localizó en el municipio de Axochiapan, a partir de este momento registró graves daños que a más de dos años no han podido ser restaurados.
Al respecto, la arqueóloga recordó que el Gran Basamento se sumió casi entre 40 y 50 centímetros, se asentó el núcleo interior de la subestructura, lo cual causo afectaciones en el piso, mismo que se sumió; se cuartearon las esquinas, agrietaron las paredes de los templos, es decir, "fue terrible el daño", mientras que al día de hoy el núcleo continúa sumido y las otras plataformas tienen grietas cada vez más abiertas.
En 2018 repararon parcialmente el Gran Basamento de la pirámide para devolverle estabilidad estructural, durante lo cual fue posible llevar a cabo una exploración arqueológica que reveló datos sobre su construcción. Descubrieron los muros de un posible templo con una banqueta y restos de una pilastra estucada que sostenía un techo; vestigios que corresponderían a su primera etapa de edificación, entre 1150 y 1200 d.C., en el periodo Posclásico Medio.
Fue muy interesante conocer esta primera fase de construcción porque eso nos remonta a la mayor antigüedad de asentamiento prehispánico.
Bárbara Konieczna adelantó que podrán encontrar otro templo en la zona arqueológica; solo es cuestión, dijo, de que lleguen los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), calculando tres millones de pesos para concluir los trabajos de restauración.
Actualmente la entrada a la plaza principal de la zona esta abierta aunque con la prohibición de subir a las estructuras. El horario de acceso es de lunes a domingo, de 10:00 a 17:30 horas.