Poco antes de las nueve de la mañana, cientos de ciudadanos se encontraban listos, al pie de Tres Marías para arrancar el segundo día de la Caminata por la Verdad, la Paz y la Justicia. Al grito de Vivos se los llevaron, vivos los queremos, se prepararon para avanzar en dirección a la Ciudad de México, donde esperan llegar el domingo a Palacio Nacional.
De acuerdo con Adrián LeBarón, al día de hoy, según sus datos, son más de 300 mil los desaparecidos en el país; llamó a sus paisanos mexicanos y estadounidenses a unirse a este movimiento; “si 10 personas se unen por cada muerto de México, se logrará una fuerza de tres millones de personas que pueden crear un frente ciudadano en contra de la violencia y el crimen, paralizando al país ante cualquier acto violento”.
Con la voz entrecortada, conminó a la Ciudad de México cobijarlos, informando que de las glorietas de la Diana a la Palma se quitarían un zapato recordando a Mackenzie, una de las víctimas del ataque contra la familia LeBarón, quien caminó al menos 14 kilómetros con una herida leve de bala en uno de sus brazos, tras la emboscada a su familia en Chihuahua.
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Durante todo el transcurso, los asistentes no bajaban la guardia entonando diferentes canciones como Amor Eterno, México lindo y querido y Cielito Lindo, acompañados por la melodía de una guitarra. Hubo algunos automovilistas, en el acotamiento izquierdo, que les pitaban expresando su apoyo a la caminata.
Desde hace nueve años Teresa Carmona se unió al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, al ser activista en la lucha contra los megaproyectos que afectan a las comunidades indígenas y al medio ambiente en el país, pero además, al haber perdido a su hijo Joaquín García hace 10 años, quien estaba por entrar al quinto semestre de Arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y fue asesinado en agosto de 2010 en su departamento, en la Ciudad de México, por dos desconocidos.
Al día de hoy la esperanza por obtener justicia ha desaparecido al considerar que la carpeta de investigación debe estar arrumbada en el cajón de alguna Procuraduría o quizá en algún archivo muerto; sin embargo, esto la motivó unierse a la caminata por la paz, creyendo en su objetivo.
El hecho de decir que las cosas están peor que hace 10 años, no es atentar ni contra el presidente ni contra su investidura, creemos que si no se nos escucha va a ser aún más difícil para el presidente. Los ataques se han vuelto normales pero cada día le toca a más gente. La gente está jugando a la ruleta rusa sino se solidariza y compromete.
Maricela Vergara García de la Ciudad de México consideró a la caminata por la paz una esperanza para que las autoridades puedan resolver el paradero de tantos desaparecidos en el país, en especial de su sobrino Servando Rubio Cuéllar, quien desde el 1 de agosto de 2011 se encuentra desaparecido y hasta el momento las autoridades no les han dado respuesta.
"Queremos que la justicia sea justa", exclamó al tiempo de señalar se requiere las autoridades se pongan a trabajar y entiendan que estas personas forman parte de una familia y se deben apoyar.
La madrugada del 1 de agosto de 2011, el chofer, Servando Rubio Cuéllar fue sacado de su casa en Tampico, Tamaulipas a la fuerza por sujetos que siguen en calidad de desconocidos, mientras que de Rubio Cuéllar no se sabe nada.
En la Caminata por la Verdad, la Paz y la Justicia se pudo observar también a personajes del mundo del espectáculo solidarios con el movimiento, como el actor Daniel Jiménez Cacho, quien señaló que las acciones emprendidas por el actual gobierno no demuestran que la violencia se vaya a detener y si bien es un problema heredado, no observa acciones para acabar con la colusión existente entre el crimen organizado y el sistema de gobierno, mientras que el sistema de justicia esta rebasado.
Se debe visibilizar lo que esta pasando. Hoy como hace nueve años la violencia ha aumentado, y hay otra vez un esfuerzo del estado por negarlo, de no comprender y no ser empático con el dolor de las familias.
La caminata avanzó en este segundo día hasta el poblado de Topilejo, donde los asistentes abordaron los autobuses hasta llegar a la caseta de Tlalpan, donde continuaron a pie hasta alcanzar el poblado de San Pedro Mártir en Tlalpan, Ciudad de México. Continuando el sábado con actividades culturales en la Estela de Luz y el domingo retomando la caminata a Palacio Nacional.
Es de mencionar que en el kilómetro 46+300 jurisdicción Tlalpan, la Caminata realizo su primer descanso desde Tres Marías rumbo a la Ciudad de México, donde aprovecharon para tomar un pequeño refrigerio que incluía naranjas, alegrías y botellas de agua. Todo regalado por parte de los participantes y algunos medios de comunicación.
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