Las fiestas religiosas en el poblado de Tlaltenango, en Cuernavaca, se adecuaron a los tiempos de la contingencia puesto que este año no hubo la tradicional feria en donde se instalaban puestos de comida, artesanías, elotes, y por supuesto los juegos mecánicos.
Este año se extrañaron los fuegos artificiales, las comparsas con chinelos agitándose de un lado a otro, y hasta se extrañó al vendedor de colchas con su ya cantadito "cuántas le doy, cuál se lleva, una, dos, tres...".
En este 2020, la fiesta de la Virgen de los Milagros se limitó a sus orígenes, los usos y costumbres que los habitantes del poblado recuerdan, y que con el tiempo se había ido transformando con la instalación de comerciantes provenientes locales y de otros estados. Muy temprano, invitados del pueblo hermano de Iztapalapa, llegaron a la puerta de la Iglesia para con sus propias manos confeccionar la portada de flores que se coloca en la entrada principal, ahí también personal de apoyo volvió a subir la carpa del estacionamiento que se cayó con la lluvia.
De acuerdo al Ayudante Municipal José Alfredo Rodríguez San Ciprián, anualmente llegaban a asistir entre 30 mil y 40 mil personas el 8 de septiembre que es el día de la Virgen pero este año se espera una asistencia muy debajo de la que se tenía.
"Las misas son transmitidas por Facebook igual que las Tandas Culturales que ya comenzaron y terminan el martes 8 de septiembre en honor a los 300 Años de la Virgen de los Milagros".
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