El estado de Morelos se ubica en el lugar 16 en casos de VIH-Sida a nivel nacional; cada año aproximadamente 300 personas son diagnosticadas con el virus de inmunodeficiencia humana, según expertos.
Sin embargo, pese a las cifras, durante la actual administración quienes padecen esta enfermedad acusan que se han quedado en el olvido, puesto que el programa estatal de atención al VIH no tiene acciones e incidencias visibles; “parece que se está desmantelando desde el interior”, refiere Israel Dirzo, representante del Observatorio Ciudadano de Derechos Humanos y de la Diversidad Sexual.
“Desde hace algunos meses se nos ha reportado que en algunas instituciones de salud se está dando un problema de desabasto de medicamento para quienes requieren retrovirales, principalmente en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). A nivel nacional son aproximadamente 6 mil 800 personas que padecen esta afectación”, detalló.
Ante la falta de apoyo del Estado, dijo que desde la sociedad civil se han hecho esfuerzos para concienciar a la población sobre el riesgo y las medidas de prevención, además de fomentar las pruebas de detección temprana.
El VIH en números
En el estado, de acuerdo con autoridades sanitarias, la mayoría de los pacientes positivos a VIH son hombres; actualmente, los Servicios de Salud Morelos (SSM) cuentan con 2 mil 258 pacientes; de ellos, mil 793 son hombres, 424 mujeres y 41 mujeres trans, quienes son atendidos en las unidades especiales Capasits de Cuernavaca y Ayala.
Ariana Reyes Aguilar, coordinadora estatal del programa VIH/SIDA de los SSM, refiere que la vía de contagio predominante son las relaciones sexuales sin protección. De acuerdo con el último análisis que realizaron la mayoría de los pacientes oscila entre los 25 y 35 años.
Aseguró que los índices de mortalidad han disminuido. En lo que va de 2022 se han registrado cuatro defunciones de personas que no recibían tratamiento y presentaban múltiples complicaciones en la salud.
Detección y tratamiento
Eduardo Pérez Martínez, médico especialista en enfermedades infecciosas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), señaló que en una infección temprana, las personas pueden presentar síntomas como inflamación de ganglios en el cuello principalmente o submaxilares, fiebre, dolor faríngeo, malestar general; también lo que se conoce como un rash (erupción cutánea); posteriormente pueden tener otros síntomas como herpes (simple recurrente) o herpes zoster.
Algunos pacientes empiezan a perder peso o presentan fiebres nocturnas frecuentes, cansancio, dolor de cabeza, insomnio, múltiples lesiones cutáneas, esto en un periodo de 2 a 6 meses inclusive hasta al año después de ocurrir la infección.
La primera recomendación es conocer su estado serológico, y ante cualquier situación de riesgo acudir a su unidad de salud para que se les realice una prueba.
El especialista recomendó realizarse las pruebas rápidas que generalmente se ofrecen en ferias o campañas de salud que son efectivas.
Pérez Martínez indicó que una vez que el paciente se diagnostica o tiene síntomas de sospecha en el primer nivel de atención, es decir en las unidades de medicina familiar del IMSS, se les hace la prueba inicial de anticuerpos y si es positiva se le envía al médico epidemiólogo, quien vuelve a ordenar otra prueba y si se confirma el caso lo envían al especialistas en infectología para suministrarle un tratamiento.
Actualmente los tratamientos han evolucionado y tienen menores efectos secundarios; cuentan con dos terapias para los pacientes naïve, que es de reciente diagnóstico, y se trata del antirretroviral Biktarvy.
Además cuentan con el tratamiento de proxilaxis prexposición, conocido como PrEP, que es preventivo y reduce las posibilidades de infectarse.
Las personas que son diagnosticadas de forma temprana o en fase reciente del virus deben iniciar un tratamiento antirretroviral, para que sea menor el riesgo de neoplasias o afectaciones agregadas por la inmunodeficiencia, y de esta manera tener una mejor calidad de vida.
Falta difusión: activista
De acuerdo con el activista Carlos Batalla hace falta mucha información y difusión en el tema de prevención por parte de las autoridades estatales, menos burocracia en las instituciones de salud pública, pues algunos pacientes de reciente diagnóstico deben esperar en ocasiones hasta tres meses para poder recibir el tratamiento, además de mayor conciencia en la población.
“El tema de concientización siempre ha sido un tema; hay lugares donde la gente no sabe que el VIH se puede controlar y no pasar a SIDA o si tomas el medicamento de una manera continua podías llegar a ser indetectable y no transmitir el virus a otras persona”.
Respecto al estigma con el que viven las personas LGBT+, asegura, es algo que se debe trabajar. “Se está puliendo”, afirma.
El activismo me salvó: Carlos Batalla
“El activismo siempre va a ser parte de mí, es lo que me ha salvado”, asegura Carlos Batalla, quien vive con VIH desde hace siete años.
El camino no ha sido fácil. Tenía 21 años cuando se enteró que era seropositivo gracias a que cada tres meses acudía a realizarse las pruebas de detección.
“Cuando me diagnosticaron me quedé en shock. No sabes si contárselo a alguien, a tu familia, te da pena. Pensaba que toda mi vida se había truncado, mi carrera universitaria, mis sueños. No sabía que podía continuar.”
En el camino Carlos se encontró con un grupo de ayuda dirigido a jóvenes donde pudo conocer cómo vivían otras personas en la misma condición. Esa fue la salida, asegura, pero también el comienzo de un proyecto que ahora se dedica a dar contención y apoyo a personas con VIH en el estado de Morelos.
“Lo que hice fue traer esa red de personas 'jóvenes positivas' a Morelos y empezar a darle visibilidad al tema para que otros jóvenes sin acceso a información y no tuvieran en quién apoyarse se acercaran”.
La ahora llamada Red de personas positivxs ha crecido. Actualmente cuenta con 30 integrantes y ha podido ayudar a más de 100 jóvenes a quienes se les ha dado contención, vinculación y apoyo emocional. “Cualquier persona que lo necesite se puede acercar a nosotros; se le da vinculación al centro de salud que corresponda o cualquier tipo de apoyo que requiera”.
En las elecciones de 2021 Carlos participó como candidato a una regiduría en el Municipio de Cuernavaca; entonces decidió abanderar el tema del VIH, darle visibilidad; “creía que la gente que vivía con VIH necesitaba saber que podía estar ahí una persona que iba a representarlos, que podían acercarse”. Las críticas fueron muchas, pero también los mensajes de apoyo. De cara al 2024, no duda en volver a buscar un puesto de elección popular, pero ahora en el Congreso local; el objetivo: poder ayudar a más sectores de la población.
Si Carlos pudiera dar un consejo sería: “Continúa en positivo. No te detengas hasta alcanzar tus sueños. Sigue adelante sin mirar atrás. El VIH va a ser parte de tu historia, aprende a vivir con ello. Y a quienes no son positivos, hacerse las pruebas de detección cada tres o seis meses. Siempre es mejor tener la seguridad de que todo está bien”.
Con información de Ofelia Espinoza y Omar Santos
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