Tradición y fervor se conjugan en las ofrendas en Ocotepec, en la noche del 1 de noviembre, la gente acude a ese lugar para recibir no sólo a los muertos, si no a los vivos que anhelan vivir de cerca como se ofrenda a quienes se adelantaron al Mictlán. En al menos 14 ofrendas las filas de visitantes eran largas, a cambio de una “cera” la gente de las casas daban café y pan para agradecer la visita.
Es la noche más importante. Las más llamativas y donde la gente acude en gran medida son aquellas ofrendas nuevas, las casas se adornan con pétalos de cempasúchil desde la entrada, hasta el altar donde hay mesa con pan de muerto, veladoras, flores, papel maché de color amarillo, morado, verde y azul, en la parte central las fotos de los difuntos.
Desde el medio día las familias con difunto que recientemente fallecieron abren el portón, se colocan sillas como si se tratara de una fiesta, además de la mesa, sobre el piso se coloca otra un petate con pétalos de flores, las cazuelas con comida, como mole rojo y verde, arroz, cervezas, tequila, tamales y cestos con frutas.