Viven las elecciones desde otra perspectiva

Tonantzin y Daniela se sienten orgullosas de haber participado en estas elecciones tan emblemáticas

Israel Mariano

  · jueves 5 de julio de 2018

Daniela Brito fue secretaria de casilla / Israel Mariano

Tonantzin González estudia, atiende a su familia, trabaja y hace miles de cosas, pero decidió vivir la experiencia de ser funcionaria de casilla el pasado 1 de julio. Se dice feliz luego de volver a la vida de la escuela y del trabajo después de las elecciones. Por su parte, Daniela Brito Mujica que participó en como secretaria de una mesa, confesó “no sé si lo volvería hacer es mucho trabajo”, pero no dudó en señalar que esa vivencia no la olvidará al haber tenido de cerca la decisión ciudadana.


Grata, la emoción de la gente

Al momento de recibir la notificación para que pudiera participar en el proceso como funcionaria de casilla Tonantzin González, no sabía la función que haría, pero entre nervios y emociones, habló con su familia para comentar de la insaculación y después de eso, aceptó el reto.

“Fue una buena experiencia pero muy demandante y cansada. Gracias por dejarme presenciar y apoyar este proceso electoral que fue emblemático”.

Por momentos, explicó había tensión por los representantes de partido que estuvieron observando el desempeño de todo, en la casilla contigua 322 “les agradezco la paciencia que nos tuvieron y que desde un principio nos dejaron trabajar”, subrayó.

Al principio, pensó en buscar un pretexto y rechazar la nominación como parte de esa lista de 2.5 millones de ciudadanos insaculados en todo el país, pero se animó a vivir de otra manera el proceso electoral. Acudió a la capacitación que consideró fue muy poca, y en esa idea coincidieron sus compañeros de la casilla, y aunque realizaron tres simulacros hubo situaciones que no fueron previstas.

Como estudiante de derecho, dijo, se animó a participar y al mismo tiempo, consideró que era importante ser testigo de un evento de esa magnitud para el país, “quería ver cómo se hacen las elecciones y con qué medios, porque es muy diferente cuando lo ven como partido. Quería cumplir como ciudadana”.

Tonantzin González, es además madre, por eso, dijo había dudado, pero lo que obtuvo fue una experiencia enriquecedora porque la gente que estaba en ese lugar, acudió con el mismo interés de ayudar al igual que los representantes de partido.

“En algún momento si volvería a participar pero como secretaria o presidente de casilla, porque es necesario vivir esa mayor responsabilidad".

También vivió decepción cuando al cierre de casillas, aún sin terminar el conteo de votos, todos los medios avisaron que López Obrador y Cuauhtémoc Blanco ya estaban ganando, “todos dijimos ¿cómo es eso?, si todavía no hemos contado los votos, no terminamos y ya hay ganadores”.


Gran responsabilidad que no se reconoce

Daniela Brito Mujica, tiene una empresa de marketing digital; después de ser secretaria de casilla el pasado 1 de julio, dice que valora mucho más su profesión, su familia y todo lo que tiene.

Porque, si bien es cierto los órganos electorales confieren una enorme responsabilidad a los ciudadanos al dejarlos como funcionarios de casilla, muchas de las veces sin una capacitación adecuada, es la gente la que saca el trabajo con lo que tiene, y la propia gente la que no reclama porque sabe que aunque no les paguen y tengan que dejar sus actividades, están allí en busca de contribuir al desarrollo de una jornada.

A pesar de su juventud, ella explicó que haber participado implicó trabajo que pocas veces se ve, porque fueron 22 horas corridas que tuvo que hacerse responsable de la decisión ciudadana.

“Llegué a la casilla a las 7:00 horas y aunque la votación se cerró a las 18:00 horas se hicieron conteos. Me tocó llevar toda la parte de la elección local a la junta distrital, y llegué a mi casa casi a las 6:00 del día siguiente. A pesar de la pesada jornada, me queda la satisfacción de que al menos todo lo hicimos con transparencia que realmente las cosas no se hacen como dicen, no se esconden nada, al menos en lo que a mí me tocó, desde que llegaron las boletas hasta que las entregue al IMPEPAC no sucedió nada, esa es una satisfacción enorme”.

Pero también recomendó más compromiso de todos los ciudadanos insaculados, y es que por la mañana había seis personas, pero al final solo quedaron tres, muchos de los funcionarios simplemente se salieron y ella tuvo que hacer lo local, y lo federal.

Lo mejor es que esa actividad no se hace todos los días, y para hacerlo una o dos veces debe ser un compromiso y una responsabilidad de la gente, “creo que falta mayor capacitación en todos los aspectos, y la verdad no estoy segura si lo volvería hacer porque es algo bastante cansado, y al otro día a trabajar con pocas horas de dormir pero fue una gran satisfacción para mí como ciudadana”.

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