Minerva Romero Álvarez, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y especializada en temas del Virus del Papiloma Humano (VPH), explicó que la infección genital de éste se divide en dos tipos: de bajo y alto riesgo.
El primero puede causar verrugas en forma de coliflor ya sea en o alrededor de los genitales y ano, tanto en hombres como en mujeres. Indicó que en el caso particular de las mujeres las verrugas pueden surgir en lugares donde no sean visibles, por ejemplo, cuello uterino y vagina.
Mientras que el VPH de alto riesgo (VHPar, variedad 16 y 18 ) ha sido relacionado con determinados cánceres tanto en hombres como en mujeres y puede ser de cuello uterino, vagina, vulva, ano, pene y orofaringe.
Romero Álvarez detalló que a partir de que las personas comienzan su vida sexual se puede adquirir el VPH, afectando directamente la salud de quienes lo padecen; sin embargo, esta infección no se detecta antes de la aparición de las verrugas.
“Ese es un problema para la salud de la mujer y del hombre porque no da ninguna sintomatología, esto solamente lo podemos prevenir haciéndonos estudios constantemente, como el papanicolau cada año, ya que nos indicará si hay cambios en nuestras células o no, y si está la presencia del virus o no”.
En cuanto a los hombres se les puede hacer la detección vía pruebas de sangre, cuyas muestras se realizan en laboratorio donde se analiza la biología molecular.
En el caso de que un examen del VPH dé resultados anormales es importante que el paciente acuda con un especialista para la realización de una colposcopía, donde se determinará qué tipo de virus tiene y cuál será el tratamiento a seguir.
Pero, ante un resultado positivo de VPH, ¿cómo puede cambiar el estilo de vida de una persona? La investigadora sugirió, en cuanto a las relaciones sexuales, usar preservativo para evitar el contagio. Asimismo, aclaró que hay una vacuna para prevenir el VPH.
En el caso de las niñas se les debe aplicar en edades de entre nueve y 14 años, es decir, antes de comenzar la actividad sexual, mientras que a los niños el parámetro es de de nueve a 21 años de edad, también antes de ser sexualmente activos. El biológico contra el VPH forma parte del esquema nacional de vacunación y requiere dos refuerzos.
Las aplicaciones o refuerzos que pueda haber después de esa edad ya no son gratuitas, por lo que las personas interesadas tendrán que acudir a instituciones privadas. No obstante, la vacunación puede tener un grado de efectividad muy grande
Aclaró que el VPH se puede adquirir por diversos factores, principalmente un sistema inmunitario debilitado, fumar cigarrillos o estar expuesto de manera pasiva al humo del tabaco, iniciar relaciones sexuales a una edad muy temprana y tener múltiples parejas sexuales sin las precauciones correspondientes.
Cáncer de cuello uterino
El INSP explica que el cáncer cervicouterino o CaCu es una mutación celular de la unión escamocolumnar en el epitelio del cuello uterino. Se manifiesta inicialmente a través de lesiones precursoras, de lenta y progresiva evolución, producidas en etapas de displasia leve, moderada y severa. Las etapas de evolución del CaCu son las siguientes:
1. La cero o carcinoma in situ es el cáncer en su etapa inicial, donde las células anormales se encuentran sólo en la primera capa de células que recubren el cuello uterino y no invaden sus tejidos más profundos.
2. Etapa uno. El cáncer está circunscrito estrictamente al cuello uterino.
3. Etapa dos. Afección vaginal que excluye al tercio inferior o infiltración de los parametrios, es decir, los ligamentos de sostén de cuello uterino, sin llegar a la pared lateral de la pelvis.
4. Etapa tres. Aquí el cáncer se ha extendido en toda la región pélvica, y las células cancerosas pueden haberse expandido al inferior de la vagina, incluso haberse diseminado para bloquear los tubos que conectan los riñones a la vejiga.
5. Etapa cuatro. La extensión es por fuera de los límites del tracto reproductor.
El INSP señaló que hay dos tipos de cáncer de cuello uterino, el primero es cáncer epidermoide, el cual se presenta en el epitelio escamoso y es el que tiene el 95 por ciento de los casos, mientras que el adenocarcinoma en el epitelio glandular lo padece el 5 por ciento de las mujeres con cáncer.
Por último, es importante señalar que la relación entre el CaCu y el VPH es que en el 80 por ciento de los casos de CaCu se detecta en el ADN viral de las lesiones intraepiteliales de alto grado, y algunos tipos de VPH se conocen como virus de bajo riesgo porque raramente se convierten en cáncer; en cuánto al ADN de algunos virus de VPH, principalmente en la variedad 16 y 18 se encuentra el cáncer; actualmente la infección por VPH-16 está clasificada como un factor de alto riesgo para el cáncer cervicouterino.