Una de las tradiciones con mayor arraigo entre la feligresía católica es la celebración a la madre de México y este año no podría ser la excepción, por lo que este fin de semana decenas de familias salieron a buscar la indumentaria para vestir a los niños y niñas.
Para los niños; camisas y cotones de manta, sombrero, acompañados de una serie de productos a punto de la extinción como los bules, ayates, y una serie de utensilios e incluso animalitos de plástico en miniatura. Mientras que para las niñas; las coloridas faldas y blusas bordadas, canastos, rebosos, trenzas de estables y coloridos collares y gua y para ambos los huaraches y cinchos.
En todas las iglesias e incluso capillas de las colonias, ya están con la celebración del novenario y los altares, para recordar y revivir con fervor aquel 12 de diciembre de 1531, en que la Virgen María se apareció al indígena Juan Diego en el cerro del Tepeyac, pidiéndole la construcción de un templo en ese lugar como se lo hizo saber al obispo de México, fray Juan de Zumárraga, a quien le entrego las flores que cargaba en su “ayate” donde quedó grabada la imagen de la virgen conocida como Guadalupe.
Durante décadas las familias acompañan esta celebración vistiendo a los niños y niñas de inditos e indias, que acompañan la procesión, y para esto los erados se llenan de gran variedad de estos productos cuyos precios varían dependiendo de la calidad, la ropa va de los 100 a los 200 pesos.
En Puente de Ixtla, Ángela Mejía Gómez, comerciante originaria de Almoloya del Río, estado de México, coloca su puesto en el exterior de la parroquia de la Purísima Concepción, y con más de 30 años de experiencia, ofrece los trajes que ella elabora. Reconoce que incrementaron su costo por que la tela y los estambres también son más caros.
Los accesorios son independientes, por lo que los gabanes, guacales, collares, pulseras, trenzas, fajas, sombreros, huaraches y demás, varían de acuerdo a los tamaños, desde los 10 pesos hasta los 50.
En el mercado de Jojutla y Zacatepec oscilan entre 100 y 200 pesos, los más caros son los bordados pero la gente va preparada porque saben que todo subió de precio.
Teresa Gutiérrez, asegura que sí compran la falda una talla más grande les puede durar dos o tres años, pero los huaraches y las blusas deben comprarse año con año, ya que acompañan la peregrinación y la mejor ofrenda que podemos dar como mexicanas es vestir a los niños de inditos.
TRADICIÓN FELIGRESÍA CATÓLICA
Durante décadas las familias acompañan esta celebración vistiendo a los menores de inditos, en honor a San Juan Diego, cuando se le apareció la virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac