RIAD, Arabia Saudita. Arabia Saudita llevó a cabo una inédita campaña de detenciones de decenas de príncipes, políticos en puestos claves y grandes empresarios en una purga que, según el reino, responde a una operación contra la corrupción.
Los arrestos fueron practicados por orden de un comité cuya creación fue anunciada en la noche del sábado y al frente del que se ha puesto el príncipe heredero Mohamed bin Salman, de 32 años y que desde que fuera elegido como sucesor al trono, el pasado junio, ha acaparado cada vez más esferas de poder.
En la lista de detenidos aparecen once príncipes y 38 políticos, cuatro de ellos ministros, así como personalidades de la vida económica del país, según medios cercanos a lacorona.
Entre ellos figuran el jefe de la Guardia Nacional, Muteb Bin Abdulá; el director del imperio televisivo saudí MBC, Al Walid al Ibrahim, o el príncipe Al Walid bin Talal, el hombre más rico del país y dueño del fondo de inversión Kingdom Holding Company (KHC).
Bin Abdulá, hasta ayer ministro de la Guardia Nacional, es hijo del difunto rey Abdulá bin Abdulaziz y el último de los descendientes de dicho monarca que ocupaba un alto cargo en el gobierno.
En septiembre, las autoridades sauditas arrestaron a docenas de personas, incluyendo a influyentes clérigos e intelectuales, en una operación que organizaciones de derechos humanos denunciaron como una “campaña de represión”.
Y en este ambiente enrarecido, el príncipe Mansur bin Moqren, vicegobernador de la provincia de Asir, murió ayer en un accidente de helicóptero en el sur de Arabia Saudita, cerca de la frontera de Yemen, indicó la TV estatal Al-Ejbariya “Otros responsables” se encontraban a bordo del aparato, agregó.