De acuerdo con los datos abiertos de la Comisión Nacional de Búsqueda, en lo que va de este 2022 Morelos ocupa el tercer lugar en el país en mayor número de mujeres desaparecidas y no localizadas, con un total de 118, solo por debajo del Estado de México con 168 y Ciudad de México con 130.
El rango de edad con mayor número de incidencia en todo el territorio es de 15 a 19 años. Las mujeres representan en este año el 32.94 por ciento del total de desapariciones. En lo que va del año, febrero fue el mes con más desapariciones de mujeres no localizadas, con 271.
“Lo más alarmante es que Morelos está ocupando el primer lugar en mujeres desaparecidas no localizadas en la tasa de cada cien mil habitantes. Entonces qué pasa con el Gobierno Estatal para no atender estos temas”, aseguró Teresa Ulloa, presidenta de la Coalición Contra la Trata de Mujeres en América Latina y el Caribe.
Lamentó que en la entidad se gaste más en promocionar la imagen del mandatario estatal que en atender este delito y sus fines, como es la trata de personas, “así que pedimos al Congreso que reasigne recursos porque la Comisión Estatal de Búsqueda casi no tiene prepuesto y los Centros de Justicia para la Mujer tampoco”, añadió.
En el tema tampoco se escapa la fiscal de Desaparecidos, ya que Teresa aseguró que “funciona muy lentamente, ya que en 24 o 48 horas ya sacaron del estado o del país a una mujer. En muchas ocasiones siguen con el argumento de esperar hasta 72 a pesar de que la ley para sancionar los delitos de trata establecen que en cuanto tenga conocimiento el Ministerio Público de la noticia criminal deben de actuar y no lo están haciendo”.
Así que no es que en Morelos o en el resto del país las mujeres desaparezcan sin dejar rastro, sino que las acciones de investigación no funcionan y todo se complica. Además, los mecanismos para investigar en redes sociales y en celulares todavía son burocráticos.
Post a la desaparición
Una de las finalidades de la desaparición es la trata, donde muchas ocasiones está ligado el crimen organizado. Y aunque algunos casos sean tomados como ausencias voluntarias, no lo son, pues existe todo un mecanismo de persuasión y engaño que ejercen las redes crimínales.
“En realidad se van de sus casas después de una gran manipulación para ser objeto de trabajo sexual y aparentemente podría tomarse como voluntario, pero no, esto es parte de la violencia machista que engaña, que somete y que coacciona a las mujeres, entonces en este tema hay muchas vertientes que estudiar”, aseveró Andrea Acevedo, activista feminista de Morelos.
Otro de los fines son los asesinatos en ocasiones para ocultar un primer crimen, como puede ser violación, pero también por asuntos que tienen que ver con el crimen organizado, pues actualmente el número de asesinatos relacionados a este tema ha aumentado con relación a otros años.
La trata
Las autoridades en Morelos tienen detectadas incluso algunas redes crimínales para enganchar a las mujeres, “sobre todo en la zona oriente, derivado del caso de Evelin; nos ponemos dar cuenta que hay muchas paginas de internet buscando este tipo de situaciones para enganchar a las jovencitas, sobre todo de entre 15 a 22 años”, aseveró la fiscal de Feminicidios Fabiola García Betanzos.
“En estas páginas les ofertan trabajos, pero también existen ofertas para ser scort o acompañantes. Es algo que ya es muy público y que utilizan las redes sociales para hacer este tipo de planteamientos”, añadió Fabiola, quien señaló que estos sitios son investigados.
Pero en algunas ocasiones se complica rastrearlas debido a que el dominio lo tienen empresas de redes sociales como Facebook, que es donde existe el mayor numero de esas ofertas, pero también TikTok, una red social con un gran número de visitas y que cualquier persona puede acceder o subir contenidos.
Los casos
En Morelos, el acumulado de mujeres desaparecidas en los últimos años es de mil 748, según la Comisión Nacional de Búsqueda, y entre esos casos se encuentran algunos que han sido denunciados públicamente por sus familias en donde la principal característica es la corrupción.
Por ejemplo, el caso de Jessica Ceron, joven que tenia 9 meses de embarazo, registrado en 2012, las investigaciones fueron muy lentas o incluso perdieron material que resultaba importante para esclarecer el caso.
Otro es el de Yamileth Sinahí Silahua Sotelo, menor de 12 años que fue desaparecida por dos hombres en 2016 en Tlaltizapán y que a pesar de que los presuntos responsables fueron detenidos y llevados a juicio la pequeña no apareció.
Uno más es el de Mireya Montiel, una joven que fue vista por ultima vez al lado de su novio en la colonia Antonio Barona de Cuernavaca en 2014 y que a pesar de las indagatorias no se ha podido encontrar.
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