“Ser bombero para mí es un orgullo”, son palabras con las que Héctor Salazar, bombero del municipio de Temixco, describe su noble profesión, la cual ha desarrollado por al menos 20 años, con experiencias buenas y malas.
Este jueves 22 de agosto, Héctor y cientos de miles de bomberos conmemoraron su día en México.
“Los retos son superarnos, capacitarnos, ser mejores día con día y no nada más para sentirme yo orgulloso, sino para también poder ayudar a mis compañeros a que se sigan superando”, expresó en entrevista con El Sol de Cuernavaca.
“Esta labor la traigo desde que era pequeño, mi misión era ser bombero y la primera ocasión que lo intenté fue en la Ciudad de México; no se pudo por cuestión de la edad, tenía yo 17 años, y entonces me dijeron que hasta que cumplas 18 te integras... Llegué a Temixco, tuve la oportunidad de que me invitaran al heroico cuerpo de bomberos y ese mismo año tuve la dicha de irme a Tizayuca, Estado de México, a mi primer curso como bombero profesional”.
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Tanto experiencias buenas como malas lo han marcado a lo largo de estas dos décadas como bombero. Relató que su primer servicio consistió en rescatar a un menor de una cisterna:
Al parecer la habían ejecutado y quemado. La verdad sí quedé marcado porque nunca había vivido ese tipo de experiencias
Por otro lado, dijo que “las buenas experiencias van desde recibir a un niño en brazos, salvar a un animalito que está en riesgo, salvar a una persona que cayó en una barranca, personas de la tercera edad que se fracturan y tenemos que ayudarlas. Siempre ha sido una satisfacción ayudar al prójimo, incluyendo a los animalitos que son parte de nuestras vidas”.
Finalmente, dijo que para quienes han tomado la decisión de ser bomberos, deben prepararse lo mejor posible, y con convicción.