Alrededor de una decena de tumbas resultaron afectadas tras el derrumbe del paredón en el Panteón de la Paz en Cuernavaca, Morelos.
La pared de tierra y arena del cementerio que colindaba con la colonia Los Pilares, al derrumbarse trajo consigo por lo menos 10 tumbas, entre los pedazos de tierra se podían visualizar los féretros y algunas cruces que todavía se encontraban intactas.
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Por el momento no se podrán realizar trabajos de reubicación de sepulturas en la zona, de acuerdo a lo que informó el presidente municipal de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado: “Se le dio la instrucción al director de panteones que no habrá acceso en por lo menos 20 metros lineales del paredón al centro”.
Reiteró que no se podrán realizar trabajos de ninguna naturaleza debido a que éstos pueden repercutir en la caída del paredón, por ello solo se dejará habilitada la calle interna para la movilidad de los vehículos de emergencia y destacó la importancia de que las vías de comunicación de avenida Morelos Sur hacia el panteón de La Paz y la colonia Los Pilares queden libres para no saturar el tráfico de la zona.
Al ser cuestionado sobre si se podría hacer algún movimiento al interior del panteón, el edil respondió que es una parte que ya se había cerrado y continuará así, para evitar cualquier otro riesgo.
Por su parte, la Coordinación Estatal de Protección Civil Morelos solicitó al Ayuntamiento de Cuernavaca que se generen medidas de recomendación correspondientes a las sepulturas que quedaron expuestas tras el siniestro.
El panteón de La Paz había presentado una serie de irregularidades a consecuencia de anteriores administraciones, en las cuáles se identificó que existen lotes que fueron vendidos a terceras personas e incluso a personas que no tienen alguna conexión con los dueños, además de que se tenía el registro de que algunos lotes fueron vendidos a las orillas del deslave de Cuernavaca.
Incluso había tumbas que se encontraban en muy malas condiciones lo que generó una problemática en la zona en cuanto a la sobrepoblación de las sepulturas, y con ello la poca regulación de la venta de espacios.
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