La vida nocturna se resiste a desaparecer

Los esfuerzos por recuperar lo que alguna vez fue Cuernavaca en materia de diversión son muchos, pero la violencia frena las intenciones

Emireth Cossio | El Sol de Cuernavaca

  · jueves 14 de diciembre de 2023

Los centros nocturnos en Cuernavaca son más concurridos por jóvenes que buscan un rato de diversión. / Luis Flores | El Sol de Cuernavaca

Cuernavaca por mucho tiempo fue famosa por la vida nocturna. Desde la Ciudad de México, Puebla y Estado de México visitantes disfrutaban pasar noches de diversión en la capital morelense; sin embargo, con el paso de los años y debido a varios factores, incluida la inseguridad, ésta ha evolucionado de plazas saturadas de centros nocturnos a las más modestas chelerías.

El clima de violencia que se vive en el estado desde hace varios años propició que muchos centros nocturnos en Cuernavaca cerraran definitivamente, tal es el caso de MINNA by Walther, Bull, The Noise Social Club, Janis, Classico, Morgana, y hasta discotecas de renombre y tradición como El Alebrije.

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En varios lugares que se consideraban seguros, al estar ubicados en zonas residenciales, ocurrieron ataques armados; en uno de ellos una mujer perdió la vida y nueve personas más resultaron heridas; frente a esta situación, muchos jóvenes optaron por salir a divertirse por la tarde y evitar el riesgo que la noche representaba. Uno de los lugares que comenzó a popularizarse fue La Plazuela del Zacate.

Y es que a pesar de los mitos que rodean a este lugar, poco a poco recobró relevancia y atrajo a más jóvenes que buscaban un rato de diversión.

Centros comerciales como Fórum y Averanda comenzaron a albergar nuevas propuestas de restaurantes y bares que ofrecían al público una sensación de mayor seguridad al estar al interior de los complejos, pero algunos no resistieron los embates de la pandemia y cerraron sus puertas.

¿El retorno a la normalidad?

En 2021, ya con menos restricciones por la pandemia por la covid-19, el retorno a la normalidad comenzó y Río Mayo, una de las zonas más exclusivas de Cuernavaca, albergó bares que poco a poco comenzaron a tener popularidad, pero la tragedia una vez más se hizo presente.

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El popular bar Casa Bacacho sufrió un par de eventos violentos; en el lugar, una riña terminó con tres personas muertas, lo que provocó el cierre de este negocio, retrocediendo la escena nocturna a años atrás.

A la par, las chelerías experimentaron un auge permitiendo que la vida nocturna se adaptara a las circunstancias, tanto por la violencia como por la crisis sanitaria.

En voz de los protagonistas

El Sol de Cuernavaca realizó un recorrido por algunos bares populares entre universitarios durante los fines de semana.

En la Plazuela del Zacate, ubicada en el centro de Cuernavaca, jóvenes compartieron sus experiencias.

Laura, de 19 años, destacó la tranquilidad del lugar y la sensación de seguridad al estar en el centro.

Jesús prefirió La Plazuela por la posibilidad de conversar con amigos, enfatizando la importancia de la seguridad interna al estar en un lugar céntrico.

Con respecto a lo que es seguridad pública, creo que me siento más seguro en uno de 10, pero tiene que ver con la clase de personas con las que vienes. Aunque la seguridad pública es muy básica, prefiero la seguridad interna, con mis amigos pues, yo sé con quienes vengo, y con ellos me siento seguro”, explicó.

Harumi, que trabaja en un bar de La Plazuela desde hace más de dos años, reconoció sentirse más segura allí que en otros lugares.

Yo siento qué aquí está más seguro que en otros lados; creo que es más céntrico, corre uno menos riesgo de qué pasen cosas. Cuando estábamos en pandemia casi no había gente, y ahorita ya se está empezando a nivelar”, mencionó.

Durante los fines de semana se percibe mayor presencia de universitarios en antros y bares de Cuernavaca. / Luis Flores | El Sol de Cuernavaca

En antros y lugares cerrados, las opiniones fueron mixtas. Denisse disfruta de ir a Cosmo, sintiéndose tranquila debido a las revisiones de seguridad. A pesar de los ataques, su actitud es indiferente, creyendo que los riesgos existen en cualquier lugar.

Me la paso bien aquí, me gusta mucho bailar y en otros lados no puedo hacerlo, o sea, no es que me vaya a parar a bailar en un barcito chiquito, aquí hay más espacio, además se supone que para eso es el cadenero, para que no deje pasar a cualquiera”, asegura.

Caleb, mesero de un antro, compartió que, aunque algunas situaciones afectan su trabajo, se esfuerzan por garantizar la seguridad.

La verdad siempre hay gente, obviamente no se compara con los bares que abren más temprano; algunos ya llegan medio tomados, que muchas veces son esos los que ponen el desorden”, explicó.