Las puertas del Palacio de Gobierno en Morelos están marcadas por el coraje y la frustración de más de 80 familias que al día de hoy aún no tienen una respuesta de dónde están sus familiares, amigos y seres queridos.
La ofrenda a víctimas fue colocada el 2 de abril de 2011 para recordar y exigir justicia por el asesinato del hijo del poeta Javier Sicilia y de siete personas más, cuyos cuerpos sin vida y con signos de tortura fueron localizados en Temixco un 28 de julio de ese mismo año.
Las familias de las víctimas encontraron consuelo y empatía con más personas que compartían su dolor, por lo que tomaron siete cruces como recordatorio de que las autoridades tienen una deuda y que la lucha por la verdad y la justicia continúa.
El altar erigido en memoria de los jóvenes es considerado una ofrenda y no un memorial, pues la primera es un acto de acusación y seguirá creciendo mientras haya impunidad, aún existan desapariciones y los asesinatos sigan ocurriendo.
Por eso, en tanto deje de haber una muerte o desaparición a raíz del crimen organizado, la lucha habrá llegado a su final, es decir, el memorial podrá colocarse ya que éste conmemorará el fin de un suceso trágico, explican.
Ubicada frente a plaza de armas y a la vista de miles de visitantes que el Centro Histórico tiene día con día, se encuentran más de 80 rostros de personas que no han regresado a casa con sus familiares, personas que sin saberlo dieron un último beso a mamá o le dijeron a sus hermanos por última vez te quiero, o que simplemente salieron de casa y no volvieron a saber de ellos.
Hay quienes respetuosamente dejan veladoras y flores. Algunos de ellos se quedaron, como en sus fotografías, sin envejecer, mientras la vida en la ciudad capital transcurre rápidamente.
Javier Sicilia, padre de un joven a quien la vida le fue arrebatada por el crimen organizado, compartió para El Sol de Cuernavaca que estos años han sido de lucha incansable para darle la justicia que su hijo y todos los que se encuentran en la ofrenda merecen.
“Estamos hasta la madre”, decía Sicilia mientras las autoridades federales y estatales, encabezadas entonces por el presidente Felipe Calderón y el gobernador Marco Adame Castillo, respectivamente, intentaban buscar una respuesta.
Pero Sicilia, mediante carta abierta a la vida política, intentaba describir su pérdida y explicaba que la muerte de un hijo siempre es antinatural y por ello carece de nombre: entonces no se es huérfano ni viudo, se es simple y dolorosamente nada.
Después de 11 años de haberse instalado la ofrenda, las familias todavía no encuentran una respuesta y el mural ya forma parte de la fachada principal del Palacio de Gobierno de Morelos.
La ofrenda a víctimas ha estado a cargo de colectivos de personas que buscan la verdad, sin embargo y debido a los años, algunas imágenes se han ido deteriorando, incluso las mismas cruces han perdido su fortaleza.
Hasta que nadie haga falta
La escena es desgarradora: entre portarretratos rotos, sucios y cruces que se han ido deteriorando (incluso algunas fueron vandalizadas), la ofrenda seguirá hasta que nadie haga falta.
Penélope Picazo Hernández, comisionada ejecutiva de Atención y Reparación a Víctimas del Estado de Morelos, en coordinación con las familias y víctimas, han iniciado mesas de trabajo en aras de dignificar el altar.
“Este tipo de medidas son para visibilizar y tienen la característica de intentar incomodar a las autoridades para recordar que hay un pendiente y una deuda histórica con las víctimas, por eso está en las puertas de Palacio, no es con el afán de ser estético o bonito”.
Esta propuesta salió a raíz de un rumor de la reubicación de la ofrenda, lo cual causó indignación en las familias de las víctimas y en la ciudadanía en general, por lo que se llegó a la conclusión que solamente se buscaría que las imágenes tuvieran mayor calidad y el nombre de las personas asesinadas o desaparecidas, para que se entienda con facilidad a quiénes se busca todavía y a quiénes les fueron arrebatadas las vidas.
“La ofrenda es una deuda de Estado, de honor, con todas las víctimas en todo el país entero. Muchas organizaciones de víctimas se articularon al movimiento más importante y éste permanecerá hasta que haya paz y justicia y que cada vez que pasen por aquí quienes administran el Estado, tendrán que tragarlo quienes hayan sido omisas o han estado coludidas con el crimen organizado”, dijo Javier Sicilia con respecto a la ubicación de la ofrenda.
Pese a que la ofrenda en su mayoría ha sido protegida por los mismos guardias de seguridad de Palacio de Gobierno, ésta ha sido vandalizada e incluso se robaron una cruz, la cual hasta el momento desconocen su paradero.
El presidente municipal de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, dijo que su sentir como autoridad de la capital morelense al ver los rostros de las víctimas en los portarretratos solo es un recordatorio permanente a las omisiones de las autoridades y un homenaje a quienes han sido víctimas de la violencia.
“Nos duele, por supuesto, la pérdida de toda vida humana, y sobre todo que por muchos años no se haya trabajado integralmente para evitar que más personas sean víctimas de la delincuencia por algunos grupos de personas dedicadas a la desaparición de personas”.
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